24 de abril de 2024
Actualidad

OBITUARIO: Se nos fue un Escolapio y no era un hermano cualquiera

¿Y ahora a quien le pido yo la lotería Manolo?. Dicen que es difícil darnos cuenta de las cosas que tenemos, hasta que la perdemos y estoy seguro que ocurrirá con la persona que despedimos ayer, en su hermandad, sus hermanos y amigos.

En las hermandades solemos estar cuatro gatos y mal avenidos, pero por encima de todo, hay personas que nunca dejan de dar su tiempo, su esfuerzo y cuantas cosas…

Ese era Manolo Gutiérrez para los Escolapios, un currante que estaba metido en todos los fregaos, buscaba debajo de las piedras, pedía, hacia hermano hasta el apuntador con tal de engrandecer la que parecía su casa, si, a veces parece que molesta, ¿pero dónde estábamos los demás?.

“Hoy despedimos a un amigo”, me ha dicho otro ex – Hermano Mayor de la Cofradía y cuanta razón Pepe. Su semblante bonachón, su particular sonrisa que casi ni perdía cuando estaba serio…

Recuerdo perfectamente cuando entre en la Hermandad, abría ese sótano a los mas jóvenes, dándonos rápidamente responsabilidad, dejándonos hacer a veces de manera inconsciente todo lo que se nos ocurría. Eso si, vigilante como un padre, con sus hijos que estaban allí, pero no había diferencia.

Era el primero que entraba y el que cerraba, le gustaba. Al margen de sus papeleos, sus talonarios de lotería, estar oliendo el fundir de la cera o como empezaba a brillar la plata era otra de sus debilidades.

Muchas locuras a su lado, viajes a Sevilla para las gestiones de la cofradía, pero también para una maratoniana jornada de capilleo.

“Eso ya lo vamos viendo como lo hacemos”, era una de sus frases, quizás era la forma de echarse a la espalda, lo que venia por delante.

Espero que estés cerquita del Señor de la Expiración y su madre Mayor Dolor, sobre todo para cuando lleguen los Viernes Santos, nos quites esa “nubecilla” que ronda alrededor de nuestro templo y algún disgusto que otro nos ha dado.

Se nos fue un Escolapio y no era un hermano cualquiera.

«Se nos fue un Escolapio» por: Javier Pérez