David Rodríguez habló de la advocación de la Virgen de la Victoria en una casa de hermandad totalmente abarrotada.
«Hay unas raíces muy importantes en la advoación de María Santísima de la Victoria que entroncan con las órdenes de los Mínimos de San Francisco de Paula y los Dominicos de Santo Domingo de Guzmán y no porque la hermandad quedara establecida en el templo de los Dominicos. Victoria en los comienzos del Cristianismo se entendió siempre como la victoria del la vida sobre la Muerte», dijo anoche el pregonero de la Semana Santa del presente año, David Rodríguez Jiménez-Muriel, ante un auditorio totalmente lleno de hermanos y personas vinculadas a la cofradía de la Santa Cena. El calor reinante en estos días no retrajo a nadie y la sala de cabildos de la hermandad se llenó totalmente de hermanos ocupando diversas dependencias de la casa de hermandad de la calle Escutia. David Rodríguez tenía que hablar de la advocación de María Santísima de la Victoria, dentro de los actos del septuagésimo quinto aniversario de la incorporación de la Virgen a la cofradía de la Santa Cena Sacramental.
Una interesante conferencia la pronunciada por el pregonero, historiador del arte, hermano de la cofradía y comisario de los actos que se vienen celebrando desde el pasado mes de marzo. David Rodríguez se remontó al imperio romano para significar la presencia de la victoria como una representación habitual en los edificios y en las costumbres del pueblo para seguir remarcando el sentido de esta advocación vinculada a la Madre de Dios. Una conferencia de una hora de duración que fue introducida por el hermano mayor de la cofradía, Francisco Barroso, y en la que el pregonero también indicó que «es una devoción muy unida no sólo a las devociones penitenciales en Andalucía y en toda España sino que también próxima a muchas hermandades de carácter letífico».