Estas son las primeras fotografías de la corona de la Virgen de la Amargura, en el taller de Alberto Quirós.
En nuestro programa de anoche pudimos contemplar ya parte de la coronación de coronación canónica para la Virgen de la Amargura que realiza el taller granadino de Alberto Quirós. El proyecto escogido en su día por la cofradía de la Oración en el Huerto de los Olivos es un diseño coetáneo a la hechura de la imagen, del siglo XVIII, y que fue realizado por Tomás Jerónimo de Pedrajas en 1751 para hermandad de la Virgen de la Victoria, de Málaga. Nunca llegó a realizarse y el boceto se conserva en el museo de Málaga. Se completa con la ráfaga “que he querido que sea muy sencilla y que ofrezca una dimensión hetérea en el conjunto de la corona”, como nos dice su diseñador y autor, Alberto Quirós. Ayer lo vimos trabajar en su taller mostrándonos buena parte del canastillo de la corona y la ejecución de distintas piezas de la ráfaga.
La corona casi está terminada y ahora se trabaja en los ocho imperios que llevará y en la ráfaga. En oro van diversas piezas hasta un total de seiscientos gramos que los hermanos han aportado procedentes de anillos, alianzas, pendientes, collares y otras piezas que han sido debidamente fundidas y depuradas para formar parte de la corona. El resto del peso, hasta aproximadamente unos tres kilos, es de plata de ley que irá sobredorada, como nos cuenta el orfebre.
En la ráfaga se alternan rayos flamígeros y otros con terminación en punta en cuyo centro se reproducen ramas de olivos. También, encima del aro que descansará sobre la cabeza de la imagen se sitúa una corona de rosas, rostros de ángeles y una venera del siglo XVII, donación de la comunidad de Comendadoras de Santiago.
La corona se completa con zafiros y diamantes, éstos últimos donados y pagados por la cuadrilla de costaleros en los últimos años a través de cuotas y se remata con una bola del mundo en lapislázuli, sobre la que se levanta una cruz abrazada por ramas de olivos, en representación de la paz en el mundo tan deseada y custodiada por cuatro granadas, símbolo de la ciudad.