La Virgen de los Dolores, por una semana, en la Magdalena
Hacia las nueve y media de la noche entraba al templo de Santa María Magdalena la imagen de Nuestra Señora de los Dolores, procedente de la parroquia de San Pedro y San Pablo, en cumplimiento del septuagésimo quinto aniversario de la fundación de esta cofradía. Hacía cincuenta y cuatro años que abandonó esta parroquia para establecerse en el cercano convento de San Antón, iglesia conventual que abandonaría unos años despues para trasladarse al cenobio de San Bernardo y, definitiva en 1996, a la referida parroquia de la Carrera del Darro. Después de recibir una «petalá» desde la parte superior del templo parroquial la Virgen volvió a encontrarse con su Hijo del Rescate que había sido depositado sobre el altar de su capilla.
La Virgen de los Dolores había partido a las siete de la tarde camino de la parroquia de Santa María Magdalena. El cortejo estuvo integrado por cuarenta y dos parejas de hermanos y el acompañamiento de las hermandades del Vía Crucis, establecida en el templo cercano de San Juan de los Reyes, y la de María Santísima de las Maravillas, con la que comparte sede canónica la cofradía de los Dolores. Se presentaba el paso de una manera muy armoniosa, dentro de su característico color salmón, sin palio, con respiraderos pintados por los jóvenes de la cofradía y varios enseres cedidos para esta ocasión tan excepcional por cofradías como la del Vía Crucis, los candelabros delanteros del palio de la Virgen del Rosario, ángeles del paso de Jesús del Amor y la Entrega y jarritas del palio de la Virgen de la Esperanza. En el entrecalle –cedido por la cofradía del Cristo de San Agustín- figuraba una imagen de la Virgen de la Caridad, lema y principio de estas celebraciones conmemorativas. Se rezó el rosario por las calles de la ciudad, dirigido por el consiliario de la cofradía, Antonio Castillo, y se concluyó con el rezo de la Letanía que fue participada por los fieles y cofrades que acompañaron a la imagen de la Virgen.
Al llegar al barrio de la Magdalena la cofradía del Rescate y la cofradía de gloria de la Virgen de la Cabeza había dispuesto numerosas colgaduras y pancartas para darle la bienvenida a la hermandad con la que compartió, hasta finales de los años cincuenta, sede canónica. A ambos lados del atrio de acceso se encontraban las dos juntas de gobierno, la de Rescate con su hermano mayor saliente, José Luis Ventura, y el electo, José Antonio Maronto. La de la Virgen de la Cabeza con su hermana mayor Eufemia Valverde.
Iba el paso adornado con rosas blancas, peonías, flor de algodón, liciantum y estátice blanco, y en las jarras, orquídeas, calas y frecsias, todo ello también en color blanco. Durante esta semana estará a la veneración de los vecinos y cofrades y regresará a San Pedro y San Pablo el próximo sábado, en procesión de alabanza, pasando por las dos sedes canónicas en las que estuvo después la cofradía, el convento de San Antón y el de San Bernardo.
