Jesús Nazareno no pudo llegar a los Mártires por las inclemencias climatológicos
Una hora tan sólo pudo estar anoche Nuestro Padre Jesús Nazareno en las calles del centro de la ciudad en la conmemoración de la clausura del Año Jubilar Teresiano que el prelado granadino, monseñor Martínez Fernández, había cerrado en el mediodía en la Eucaristía de la Catedral de Granada. Tan sólo restaba el rezo del Vía Crucis hasta el Carmen de los Mártires, lugar en el que se encontraba el convento de Carmelitas de San Juan de la Cruz. Tres estaciones se rezaron en el recorrido establecido pues la lluvia que hizo acto de presencia a las siete menos cuarto de la tarde en nuestra capital obligó a la cofradía a regresar sobre sus pasos cuando Jesús Nazareno marchaba por la Cuesta de Gomérez, camino del Arco de las Granadas. En ese instante se determinó regresar y continuar con el rezo de las estaciones en el interior del monasterio contemplativo de Carmelitas Descalzas.
Diecisiete parejas de hermanos precedían las andas con la imagen de Jesús Nazareno. En el cortejo estaba presente el guión corporativo de la hermandad y la bandera carmelita. En la presidencia, el hermano mayor de la cofradía, Juan Luis Romero y el vicepresidente de la Real Federación de Cofradías, Francisco de Paula López Cánovas. Tras las andas, portadas por su cuadrilla de costaleros a las órdenes de Miguel Ángel Roldán, capataz general, iba de preste el superior de la Comunidad de Carmelitas Descalzos, fray José Fernández Marín. Lisiantum, anastasias y rosas era el adorno escogido para las andas, cedidas por la hermandad de Jesús Despojado, sobre una peana de la hermandad del Nazareno, en caoba. Orfebrería del paso de palio completaba el exorno de las andas de Vía Crucis y en el frontal, el entrecalle con reliquias de Santa Teresa de Jesús. A las siete de la tarde entraba la imagen del Nazareno en el convento y se continuó con el rezo de las restantes estaciones.