Un nuevo Simpecado para el Resucitado aprobado en el cabildo de hermanos.
Ayer quedó aprobado en cabildo de hermanos la ejecución de un Simpecado para la cofradía del Santísimo Cristo Resucitado y Nuestra Señora de la Alegría. En el transcurso del cabildo también se aprobó la ejecución de la restauración de las imágenes de la hermandad, por María de Haro, restauradora y el diseño del Simpecado. Coincidiendo con el 30 aniversario fundacional, y anticipando el 25 aniversario de la hechura de la Virgen de la Alegría en 2017, la Junta de Gobierno propone el encargo de realización de un nuevo Simpecado, al diseñador y vestidor de las imágenes de la Hermandad, Benjamín Rodríguez, al bordador Jesús Arco y al orfebre Alberto Quirós, todos talleres de Granada. La concepción que se le encarga al diseñador arranca de la idea de recoger el origen mariano y vicenciano del germen de la Cofradía, auspiciada por el movimiento Juventudes Marianas Vicencianas y nacida en el seno de una parroquia también vicenciana.
Es por ello, que se escoge como elemento central del estandarte, la medalla de la Virgen Milagrosa, puesto que es el aglutinante devoto de toda la familia de los santos fundadores, San Vicente de Paul y Santa Luisa de Marillac, y seña de identidad de toda la familia vicenciana. Además de su valor devocional, la medalla en sí misma es un Simpecado, puesto que su lema («Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos») supone una declaración del carácter inmaculista propiamente del enser, para el que ha contado el autor «con total y absoluta libertad y confianza para realización del diseño, primeramente realicé una labor de investigación sobre los orígenes y situación actual de la Hermandad», nos cuenta a la redacción de GRANADA COFRADE. «Fueron varios puntos en común, como la estrecha relación con los santos fundadores franceses del movimiento vicenciano, la devoción a la Virgen Milagrosa extendida por la santa francesa Luisa de Marillac, la puerta de acceso a la parroquia de Regina Mundi, el cambio de estética y rumbo que ha demostrado la Cofradía en los últimos años…, lo que me llevó a decantarme sin lugar a dudas por un estilo artístico concreto y fundamentado para la Hermandad: el arte gótico. El cual surge en Francia en el siglo XII, como respuesta a un cambio de mentalidad y espiritualidad a todos los niveles». El diseño, por tanto, está inspirado en las grandes y primeras catedrales góticas francesas, como la de Chartres, Reims, Saint Étienne o Amiens.
El estandarte recoge las directrices que definen las grandes construcciones góticas. Se trata de una fachada compuesta por un tríptico, con calle central, que descansa sobre un gran arco apuntado, y dos calles laterales a modo de contrafuertes, que se estilizan con la altura, y que junto a dos arbotantes permiten la creación de un gran vano central, que cobija la medalla de la Virgen Milagrosa. Dicha medalla se encuentra descompuesta. El anverso, con la figura de la Virgen Inmaculada, se enmarca dentro del rosetón central con estructura radial de arcos festoneados y 12 estrellas. El reverso, enmarcado en pentágono lobulado, se sustenta por los arbotantes decorados con motivos vegetales y tracerías caladas lobuladas que trazan figuras geométricas.
Los contrafuertes laterales, decorados con profusión de vanos, arcos apuntados, tracerías geométricas y hojas de acanto, culminan el Simpecado superiormente con pináculos rematados con cruces vegetales. Para la realización del diseño, «he tenido en cuenta dos premisas fundamentales, que caracterizan y originan la creación del arte gótico, y que están estrechamente relacionadas entre sí», nos cuenta Benjamín Rodríguez. Por un lado, la esbeltez, no sólo de proporciones, sino también mediante la idealización de simular una construcción robusta mediante finos contornos superpuestos y líneas principales. Por otro lado, el tratamiento de la luz, plasmado en el diseño con la combinación de dos tejidos con los colores de la Hermandad; el terciopelo azul como fondo del estandarte, y el tisú celeste en el vano central, y perfilado con cordones para simular las estructuras de plomo de las vidrieras catedralicias.
El estandarte será bordado en oro, en el taller de Jesús Arco, usando principalmente las técnicas de la cartulina y uso de diferentes tipos de puntada, con matizaciones de seda para acentuar la sensación de volumen. Todas las partes que componen el anverso y reverso de la medalla, así como el mástil y cruceta, serán realizadas en orfebrería plateada, para integrar y reforzar su importancia dentro del estandarte, en el taller de Alberto Quirós.