«La Medalla de Oro de la ciudad es la muestra de gratitud y trabajo de trescientos años», dijo el alcalde tras imponerse a la Virgen de la Esperanza
«Es para mi un enorme honor, junto con mis compañeros de corporación, cumplir con una deuda de gratitud, devoción y trabajo, de trescientos años», indicó el alcalde de Granada poco después de imponerle a la Virgen de la Esperanza la Medalla de Oro de Granada. Ocurría a las nueve y doce minutos de la noche. Completo el templo de San Gil y Santa Ana de hermanos y devotos de la imagen que será coronada el 13 de octubre próximo, con la imagen de la Santísima Virgen a los pies del tabenáculo del templo parroquial. Estaba presente el hermano mayor de la cofradía, Francisco Fernández; el presidente de la Real Federación de Cofradías, Jesús Muros; los párrocos del templo, Manuel García y José Gabriel Martín, junto con varios hermanos mayores y miembros de juntas de gobierno de algunas cofradías de la ciudad. «Este será el hecho más grande de la ciudad y sin duda alguna venimos a trasladaros el reconocimiento más alto que tiene nuestra ciudad, concedida de manera plenaria y, además, se ha hecho en vuestra casa, en la antesala de los días grandes de su coronación». Previamente, el hermano de la cofradía Santiago Delgado señaló el motivo de la concesión, habló de la antiguedad de los trescientos años desde la realización de la imagen y de la obra social de la hermandad a través de la Asociación «Amaranta», para la coronación canónica.
El secretario general del Ayuntamiento, Gustavo García-Vilanova, dio lectura al acuerdo plenario de la corporación municipal por el que se concede, a propuesta de la Comisión de Honores y Distinciones del Ayuntamiento que lo concedió por mayoría. En representación de la comisión estuvo su presidenta y teniente de alcalde, Ana Muñoz, junto a los ediles del Grupo Popular, Rocío Díaz, su portavoz; Fernando Egea, Antonio Granados, María Francés e Inmaculada Puche. Por el grupo municipal de Ciudadanos, Lorena Rodríguez.
El hermano mayor de la cofradía, Francisco Fernández, indicó que «Creo que es de bien nacidos ser agradecidos y me corresponde trasladar a la Corporación nuestra gratitud por este reconocimiento a la bellísima talla, que creo que es un merecidísimo honor». Al término de la ceremonia, que duró unos veinte minutos, se interpretó el himno a la Virgen de la Esperanza.
