Nueve horas de Esperanza Coronada
A las seis menos cuarto de la tarde salió el palio de Nuestra Señora de la Esperanza Coronada del interior de la Santa Iglesia Catedral Metropolitana después de su coronación canónica. Después de la Misa Estacional de Coronación la familia Vedia Martín, de Floristería Verdegal, procedieron al retoque de flor en el paso de palio y a disponer el regreso a su sede canónica.
Durante nueve horas y diez minutos la Virgen de la Esperanza Coronada recibió miles de ofrendas de cariño, cante, oraciones, cohetes y marchas procesionales en su regreso a su sede canónica, entrando en la misma a las cuatro menos cinco de la madrugada, después de haber pasado por los templos de Santa María Magdalena, al que tuvo que retrasar su llegada una hora por disposición parroquial y horarios de misas, San Antón, Santo Ángel Custodio, parroquia de Nuestra Señora de las Angustias, parroquia de San Matías y Santo Domingo. Además, desde numerosos balcones o espacios de la ciudad las hermandades y devotos de la Virgen de la Esperanza Coronada mostraron su cariño a esta advocación mariana. Un pequeño cortejo que abría la cruz parroquial y en el que sólo figuraba la presidencia con el hermano mayor, Francisco Fernández; presidente de la Federación de Cofradías, Jesús Muros; los párrocos Manuel García y José Gabriel Martín, y el hermano número 1 de antiguedad, Manuel Dorado.
En plaza de las Pasiegas la Virgen pisó la alfombra de sal con el logotipo de la Coronación y los Incensarios de Loja que cantaron sus tradicionales sátiras a la Virgen de la Esperanza. La banda de Santa María del Víso, de la localidad del Viso del Alcor, de Sevilla, interpretó la marcha «Esperanza de Granada Coronada» y comenzó el largo camino de regreso a su templo, rodeada en todo momento la Virgen por cientos de granadinos que nunca la dejaron sola, además de sus hermanos que la acompañaron hasta su entrada en San Gil y Santa Ana. La hermandad deseaba que sus hermanos estuvieran rodeando a la Virgen con su devoción, cariño y aplausos.
El paso de palio de la Virgen fue recibido en la Magdalena con el Señor del Rescate en la puerta del templo. Después siguió hacia el monasterio de Capuchichas de San Antón; la cofradía de Jesús Despojado saludó a la Virgen en San Antón delante del mosaico con su Titular y ante una lluvia de pétalos de flor. En el monasterio donde se venera el Cristo de San Agustín, en calle San Antón entró con «Virgen del Valle» y se encaró ante el Sagrado Protector de Granada, mientras un castillo de fuegos artificiales daba la bienvenida a la Santísima Virgen. Después, unas impresionantes sevillanas cantadas desde un balcón pusieron al público a seguirlas con palmas. En la calle Puente de la Virgen, la imagen de Nuestra Señora del Olvido presidía un altar en el lateral de la basílica y al llegar al templo patronal un castillo de fuegos artificiales y con enorme emoción, la Virgen se presentó ante la Patrona de Granada.
Después, en San Matías estaba presente la Virgen de las Penas, en Jesús y María se estrenaron las sevillanas compuestas por Pepe Espinel, ante una calle adornada de manera especial por grupos jóvenes de hermandades realejeñas y al llegar a Santo Domingo la copatrona de Granada, la Santísima Virgen del Rosario, se presentó ante las puertas del templo dominico. La Virgen llegó cinco minutos antes de las cuatro de la madrugada a su sede canónica, también acompañada por hermanos y público que no quisieron dejar pasar esta ocasión para vitorearla y cubrirla de cariño y devoción.
Una densa y larga noche para los hermanos de la Esperanza y para cientos de granadinos y visitantes que rodearon a la Madre de la Esperanza Coronada vistiendo a Granada del verde de los colores del palio de la Madre de Dios.