23 de noviembre de 2024
Actualidad

Dos mil reales costó el encargo de la imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia, de José de Mora.

Una investigación de la Universidad de Granada ha revelado toda la documentación oculta desde finales del XVII acerca del Cristo de la Misericordia, de José de Mora, una de las obras más importantes de la imaginería del Barroco que se venera en la parroquial de San José. El Cristo de la Misericordia fue encargado por la familia del abogado de la Real Chancillería, Juan de la Barreda a Mora, artista bastetano que estaba asentado en Granada. Su fecha de hechura fue 1688 y el encargo se firmó por 2.000 reales. Además, el artista recibió de los Clérigos Regulares Menores, como pago complementario en especie, seis pinturas «de gran valor», según ha informado la UGR. Es una investigación del alumno de la Escuela de Doctorado de Humanidades, José Antonio Díaz Gómez.

La noticia, adelantada por la Agencia Europa Press, señala que la Universidad de Granada ha revelado que «sale a la luz toda la documentación oculta desde finales del XVII acerca del Cristo de la Misericordia, de José de Mora, una de las obras más importantes de la imaginería del Barroco, cuya réplica procesiona en la Semana Santa granadina cada Jueves Santo. El Cristo de la Misericordia fue encargado por la familia del abogado de la Real Chancillería Juan de la Barreda a Mora, artista bastetano que estaba asentado en Granada. Su fecha de hechura fue 1688 y el encargo se firmó por 2.000 reales. Además, el artista recibió de los Clérigos Regulares Menores, como pago complementario en especie, seis pinturas «de gran valor», según ha informado la UGR en una nota de prensa».

Estos detalles han sido desvelados por el investigador José Antonio Díaz Gómez, alumno de la Escuela de Doctorado de Humanidades, Ciencias Sociales y Jurídicas de la UGR e investigador del departamento de Historia del Arte, quien acaba de defender sobre el patrimonio de las órdenes del Oratorio de San Felipe Neri y de los Clérigos Regulares Menores.

El crucificado fue encargado a José de Mora para presidir la capilla funeraria de la familia propietaria en la iglesia de San Gregorio Bético. La Desamortización de Mendizábal estuvo a punto de provocar la pérdida de la imagen o su traspaso a manos privadas. «La misma investigación ha desvelado que el párroco de la cercana iglesia de San José aprovechó el periodo de dos años que tuvo la Junta de Bienes Nacionales para realizar el inventario» correspondiente a los conventos expropiados para que el Cristo de la Misericordia pasase a su templo, donde ahora es venerado.

La investigación realizada en la UGR también detalla que, «desde un primer momento, se reconoció la gran valía de la imagen, que descansaba sobre una cruz lisa». Fue en 1740, cuando los letrados de la Real Chancillería quisieron fundar una hermandad con la imagen como titular, cuando los clérigos menores impusieron la realización de una nueva cruz más fuerte. En 1741, la actual cruz de taracea se adosó a la obra de arte.

Esa fue la condición para poder crear la hermandad y poder utilizar el crucificado de Mora en altares de cultos, toda vez que, por su gran valía, no se autorizaba sacarlo en procesión. La imagen comenzó a ser procesionada a comienzos del siglo XIX, tras la retirada de las tropas francesas de Granada. Actualmente, procesiona una copia por puntos de Barbero Gor. La imagen original preside una capilla en la iglesia de San José, remodelada hace dos décadas con la colaboración de la Duquesa de Alba.

La talla del Cristo de la Misericordia, único crucificado de gran formato conocido en la producción del escultor del rey José de Mora, se presenta como uno de los grandes hitos artísticos de la Escuela granadina y, más aún, del Barroco español.

A pesar de haber marcado un punto de inflexión en la escultura granadina, se trata de una obra de arte de la que se desconocían por completo sus orígenes. En consecuencia, la historiografía contemporánea había lanzado «diversas hipótesis carentes del respaldo de la documentación histórica».

Los interrogantes que estaban abiertos quedan resueltos gracias a la investigación doctoral realizada por Díaz Gómez, en la que se ha basado un artículo científico que acaba de ser publicado en la revista ‘De arte’ de la Universidad de León.

Con esta aportación, quedan documentados los orígenes de esta relevante escultura, fijados definitivamente en el año 1688, coincidiendo con el periodo de madurez artística de José de Mora en Granada.

Junto a ello, se clarifican todos los aspectos que motivaron su creación, así como sus posteriores vínculos con la sociedad y la instituciones de Granada, desde donde deriva la creación posterior de «otras piezas estrechamente ligadas a esta talla, como su cruz de taracea, para acabar convirtiéndose en una potente fuente de inspiración que aún hoy sigue trascendiendo las fronteras locales».