25 de noviembre de 2024
Actualidad

El recuerdo de la peregrinación a Roma, veinte años después

Se estrenó la Salve a la Virgen del Mayor Dolor, con música de Adolfo Montero, de hace cien años, y letra de su nieto, Juan García Montero.

«Una partitura de Adolfo Montero pero imagino que con la supervisión de su padre, José Montero, que fue el primer director de la Banda Municipal de Música que yo lo que he hecho ha sido orquestarlo». Con más de cien años la música, Juan García Montero le ha puesto la letra con una salve a la Virgen del Mayor Dolor y que se estrenó anoche en la parroquia de San José de Calasanz, con la asistencia de las hijas de Adolfo Montero, nietas del director José Montero, y de bastantes de sus herederos, además de numerosos hermanos que llenaron el templo parroquial junto al río Genil tomando todas las medidas de seguridad dispuestas y de distanciamiento social. En el ambiente yacía el recuerdo, las vivencias y las anécdotas vividas en Roma hace justo 20 años pues se celebraba el vigésimo aniversario de la peregrinación a Roma. Estuvieron hermanos que vivieron y participaron en aquella peregrinación bajo la tutela del entonces hermano mayor, Juan García Montero y del actual hermano mayor, José Luis Carmona.

Se celebró la Eucaristía presidida por el párroco, José Granados, concelebrada por el consiliario de la Federación de Cofradías, José Gabriel Martín, y al término la soprano Anni Ruano y la organista de la parroquia Concepción Fernández interpretó la salve que resultó del agrado de los hermanos de la cofradía, interpretando un bis de inmediato, tras los aplausos recibidos como reconocimiento a la genial interpretación de la partitura por la soprano. Según nos informaron el deseo es grabar la salve en septiembre y luego adaptarr la composición a marcha procesionar que se estrenaría el año que viene.

Después se entregaron unos recuerdos tanto a Miguel Sánchez Ruzafa como a las hijas del compositor y a costaleros que vivieron la experiencia única de pasear a la «Reina de Roma» por las calles de la ciudad Eterna hasta la Ciudad del Vaticano para la celebración que presidió aquel 18 de junio de 2000 el Santo Padre San Juan Pablo II. El capataz de entonces, Ignacio Cuerva, fue el encargado de entregar un recuerdo a los costaleros que vivieron aquellos días. Y en la memoria de todos ellos siempre el recuerdo al escolapio Enrique Iniesta que en su busto del paseo de los Basilios asistió a esta celebración del aniversario. A decir verdad en el deseo de todos estaba volver a Roma para el XXV aniversario de aquella efemérides, en 2025.