Soledad de María Coronada: La esencia del Viernes Santo granadino trasladada al primero de noviembre
Galería fotográfica de un día memorable para la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad Coronada
A la una y dieciocho minutos era coronada Nuestra Señora de la Soledad ayer en el transcurso de una ceremonia presidida por el Arzobispo de Granada, monseñor Martínez Fernández cedió la vez de coronar a la Santísima Virgen al deán de la Catedral Eduardo García. El deán declaró por la tarde a esta redacción que «para mí ha sido un regalo que no podía imaginar» señalando la sorpresa que le causó la determinación del prelado. El estado de salud del Arzobispo no le aseguraba estabilidad en la plataforma dispuesta para la coronación y prefirió no arriesgarse. Monseñor Martínez Fernández después de la bendición de la corona que portaba la madre superiora de la comunidad jerónima de Santa Paula y acompañado por el alcalde de Granada en representación de los granadinos, la presidenta de la Asociación de vecinos del barrio del Boquerón, Cruz Palma; de la Asociación Costaleros contra el Cáncer y de Antonio Lupiáñez, todos ellos padrinos del Reconocimiento de Coronación Canónica, se dirigieron hasta el lateral del paso y allí le pidió al deán que interviniera en su nombre.
Por la tarde tocaba el regreso que resultó multitudinario en todo el trayecto casi hasta el regreso al monasterio de San Jerónimo. Después de salir por la puerta de la Encarnación de la Catedral de Granada se dirigió hacia calle Marqués de Gerona a los sones solemnes y extraordinarios de la agrupación musical «Virgen de los Reyes», de Antonio Velasco. Una formación musical hispalense que tiene más que acreditada su calidad musical y que interpretó «Esperanza de María» en la salida de Nuestra Señora de la Soledad Coronada y después, «Vida» dos extraordinarias composiciones de las más populares de esta formación musical. Después llegó el momento de recibirla en distintos templo, como la populosa y magnifica bienvenida en la placeta de Jesús del Rescate con el Señor de Granada presentado en la puerta del templo al igual que ha ocurrido con otras devociones coronadas. Siguió el camino con un ambiente de respeto y veneración a la Virgen de la Soledad hasta la Plaza de los Lobos donde se despidió a la Agrupación Virgen de los Reyes y se dio la bienvenida a otra no menos formación musical de calidad comprobada, la de San Sebastián, de Padul, dirigida por Víctor Manuel Ferrer. Pasó por la plaza de la Universidad donde la cofradía de los Estudiantes también puso en la calle a su Titular Mariana, María Santísima de los Remedios; por la antigua sede de la hermandad durante 136 años, el monasterio de Santa Paula, hoy hotel AC Palacio de Santa Paula. Allí fue recibida por Clara Molina, coordinadora de eventos del hotel quien ofreció un ramo de flores a la Virgen y se permitió la entrada a la antigua capilla, hoy salón de actos.
Los vecinos del barrio del Boquerón recibieron en calle Santa Paula a la Virgen Coronada, su más digna Vecina durante tantos años, para continuar por calles engalanadas con el amarillo y negro de la cofradía de «Las Chías» y continuar por calle Lavadero de la Cruz hasta calle San Juan de Dios, pasar por delante de la basílica donde fue incensada por el rector del templo del copatrón de Granada, fray Juan José Hernández, y proseguir los últimos metros de su procesión de alabanza por calle Rector López Argüeta. Pero antes, también se desvió el cortejo, formado por ciriales y presidencia con la junta de gobierno de la hermandad del Descendimiento, hasta el templo redentorista del Perpetuo Socorro donde el superior y representación de la Archicofradía del Perpetuo Socorro recibió a la Virgen, la incensó y oró ante ella «por los enfermos y por todos los costaleros y costaleras de la Santísima Virgen», señaló el superior Laurentino Pineda.
Atravesó la Virgen de la Soledad el arco de Rector López Argüeta y se adentró en el espacio monacal de recogimiento y silencio que reina en el compás San Jerónimo y lo hizo a los sones de «Soledad y Descendimiento». Los últimos metros los hizo la Virgen de la Soledad bajo la música de una plegaria andaluza para concluir con el himno nacional que la despedía hasta el interior de su Casa después de tres días de ausencia. El sueño cumplido ya es una realidad. Nuestra Señora de la Soledad Coronada ya lo está por dos veces. La primera, hace 137 años con la coronación litúrgica y ahora Canónica Pontificia.