Segundo día de triduo y procesión claustral con el Dulcísimo Nombre de Jesús, en el Sagrario.
La Fiesta Litúrgica del Dulce Nombre de Jesús se celebró en el templo del Sagrario-Catedral por la Hermandad Sacramental de esta parroquia enmarcada dentro del triduo que se viene celebrando estos días en el interior de la sede de la corporación. Estuvo presidida por el párroco y director espiritual, Juan Gutiérrez, quien remarcó en sus palabras el significado de esta jornada al comienzo de cada año. Después de la Eucaristía, que fue participada por numerosos fieles y miembros de la hermandad, se procedió a la celebración de una procesión claustral con la imagen del Niño Jesús, una de las dos que posee la hermandad. Una de ellas se encuentra presidiendo el tabernáculo de la capilla mayor durante estos días de culto y la otra, obra de José Risueño, del siglo XVIII. Se portaba sobre las andas que se estrenaron hace dos años salidas del taller de orfebrería Angulo, de Lucena, y sobre peana de plata de ley del siglo XVIII. Vestía la imagen una túnica blanca bordada en oro, de autoría desconocida y realizada en el siglo XIX, una de las doce que posee la imagen del Niño Dios. La túnica la regaló en 1883 su camarera, María de la Purificación, realizada en raso de seda blanco roto y bordado en hilo de oro y es una de las más sobresalientes que posee la imagen.
El cortejo se iniciaba con la cruz parroquial y varias parejas de hermanos y hermanas de la Sacramental. Presidencia del hermano mayor, Emilio Martos, acompañado por el teniente de hermano mayor, Torcuato Labella y el vocal de cultos y espiritualidad, Manuel Martín. Las andas se adornaban con clavel blanco y mandadas por Ricardo Mora. El acompañamiento se hizo con villancicos clásicos al piano y canto.
