Nuevo número, el 35, de «Pureza»
La hermandad ha preparado el «Libro de Difuntos» que figurará en el cortejo penitencial del Viernes Santo
Con el mensaje de monseñor Gil Tamayo se inicia un nuevo número 35 del boletín «Pureza» que edita la hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración (Escolapios). La hermana mayor, Fátima Sánchez, afirma en su carta su «deseo de trabajar con todos y cada uno de vosotros en esta nueva etapa en la que nos encontramos inmersos, de una manera constante y siguiendo con todos los proyectos de Hermandad que en años anteriores fueron aprobados» y en el interior se muestran distintos trabajos sobre la Crucifixión de Cristo, las convocatorias de la hermandad, la vivencia de la Cuaresma Escolapia, normas para la estación de penitencia y las citas para las charlas de formación de la hermandad.
Finalmente se presenta entre sus páginas el llamado «Libro de Difuntos» cuya finalidad «no es otra que tener siempre presentes a todos nuestros Hermanos que ya han sido llamados por Dios. En el se anotarán todos sus nombres, para lo que es precisa la colaboración de sus familiares, que tras la pérdida de la persona amada lo comuniquen a la Hermandad, y sean ellos mismos quienes puedan acercarse y escriban su nombre personalmente». Se trata de un libro que consta de una portada forrada en terciopelo negro que mezcla técnicas como el bordado en oro, la talla o la pintura. La base del mismo es un óleo sobre lienzo del pintor alicantino Francisco Moya, ilustrando de forma clásica la Parroquia de San José de Calasanz y el puente sobre el río Genil, todo conjuntado entre vegetación y la característica imagen del Barranco del Abogado de fondo bajo un cielo revuelto, donde se entremezclan luces y sombras, evocando el momento de la Hora Nona. En el centro de la obra observamos la cruz, sobre la que se dispone en relieve una talla en marfilina del Crucificado Expirante. Todo el conjunto se orla con galón bordado en oro con la inscripción latina “Fidelium defunctorum fratum” (Fieles hermanos difuntos), completándose con hojarasca, motivos vegetales y en el borde inferior que no presenta ningún texto, aparecen unas ramas con caracoles y hojas de hiedra, símbolo de la muerte terrenal. Todo ello bordado a relace en el taller del hermano de la cofradía Cristóbal Casares».