8 de septiembre de 2024
Actualidad

El restaurador Julio Alcaraz presentó la restauración del Cristo de la Encarnación

La intervención corrió a cargo de la Línea de subvenciones para Arte Sacro de la Junta de Andalucía.

La imagen del Santísimo Cristo de la Encarnación es una obra de Diego de Siloé que fue presentada ayer sábado en el propio monasterio contemplativo de Franciscanas Clarisas de la plaza de la Encarnación. Un acto que contó con la presentación de la historiadora del arte Mirian Tejero quien hizo un repaso por la época de la talla del Crucificado que presiden la iglesia del cenobio y que «aunque no hay ningún documento que lo acredite todas las lineas de los historiadores apuntan a la gubia del burgalés», indicó el restaurador de la obra en la conferencia de exposición del proceso de conservación. Durante un año trabajó en este proceso que fue entregado en enero pasado a la comunidad religiosa y cuyo ochenta por ciento fue subvencionado por la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía. El veinte por ciento restante ha sido sufragado por  propia comunidad contemplativa.

La imagen que ha recuperado todo su esplendor fue Titular de la cofradía del Cristo de la Buena Muerte (Ferroviarios) entre 1954 y 1970 y su la intervención ha consistido «en la eliminación de repintes añadidos, masilla,  repolicromados completos del siglo XIX hasta conseguir la policromía original a punta de bisturí».

Julio Alcaraz declaró a nuestra redacción que en cuanto a su atribuición «si hemos podido comprobar una serie de características técnicas, en las analíticas sobre todo que nos dan hasta el noventa por ciento de posibilidades de la autoría a Diego de Siloé, tales como el uso de cera de abeja en la preparación que era muy usual en su padre, Gil de Siloé o la corladura de la sangre que no es común en Andalucía, que es el uso de pan de plata con una veladura en tono rojo», señaló el restaurador.

No se le conocen intervenciones a la imagen salvo algunos repintes de mala práxis efecutados para tapar daños ocurridos en algunas salidas procesionales a finales de los años cincuenta por motivo de la lluvia, así como otros desperfectos propios de la manipulación. La imagen estuvo presidiendo la primitiva  iglesia de los Santos Justo y Pastor que hoy ocupa la plaza de la Encarnación y que con la Exclaustración desapareció quedando sólo la capilla  actual que preside la iglesia conventual.

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