8 de septiembre de 2024
Actualidad

El sacerdote Daniel Barranco bendijo la imagen de San Simón para el misterio de la Santa Cena

Una obra del granadino Ángel Asenjo, siguiendo la tradición escultórica de la Escuela Granadina. 
Este último sábado, 29 de junio, tuvo lugar en la Parroquia de San Antonio de Motril, la presentación y bendición de una nueva imagen para el conjunto escultórico de la Santa Cena. Se trata de San Simón obra al igual que todas las demás, del escultor granadino Ángel Asenjo Fenoy.
Es una escultura sedente realizada en madera de cedro y en actitud suplicante. Con sus manos llenas de fuerza, parecen rogar que el destino no se realice. Presenta esculpido un detallado estudio de venas y tendones además de una textura que sugiere la de una piel ajada por los años.
La cabeza presenta calvicie y ojos muy abiertos, tristes y expectantes que se dirigen hacia la figura del Cristo, centro de la composición. El cuerpo presenta un movimiento helicoidal mediante el giro de cabeza, brazos, torso y piernas. Policromado al óleo bruñido según nuestra tradición imaginera presenta ojos de cristal pintados artesanalmente por el propio escultor.
De estilo barroco en sintonía de formas, gestos y ademanes con el grupo. Iconográficamente se le suele representar con un serrucho instrumento de su martirio además de un libro. Es un Apóstol bastante desconocido y predicó en la zona de Egipto y su festividad litúrgica es el 28 de octubre.
Su ubicación será junto a San Juan en el lateral derecho
La celebración de la bendición de la novena imagen del paso de misterio de la Santa Cena de Motril estuvo presidida por el sacerdote Daniel Barranco, destacando en su homilía «el valor de comunicación de las imágenes». Hizo también un semblante del Apostol San Simón quien a pesar de pertenecer a los Zelotes decidió tomar el camino de Jesús.
A la celebración asistieron numerosos cofrades y fieles de Motril, celebrándose la Eucaristía en el templo de San Antonio de Padua, sede de la corporación que va completando así el misterio de la instauración de la Eucaristía en el cenáculo de Jerusalén.