El Rosario de Granada estuvo durante tres horas en las calles el Realejo y del centro de la ciudad.
Algo más de tres horas estuvo en las calles del centro de la ciudad y Realejo el cortejo de la Archicofradía de Nuestra Señora del Rosario, de Granada, que partió cercanas las seis y media de la tarde del interior del templo de Santo Domingo. Una palma real saludó la salida de la venerada imagen e inmediatamente la banda de música Los Ángeles interpretó el himno nacional de España. La Salve Marinera fue después coreada por los numerosos vecinos y devotos de la Virgen del Rosario que llenaban la plaza de Santo Domingo, y los representantes de la Armada Española que formaban en el cortejo y daban escolta a la Virgen.
Por delante, la banda de tambores y cornetas de Jesús Despojado y numerosas representaciones de las hermandades del Realejo y de otras llegadas de varios puntos de la provincia de Granada con la advocación de la Virgen el Rosario, Damas y Caballeros de la Virgen del Carmen, de las Carmelitas Descalzas, comunidad de dominicos con el prior, fray Antonio Larios y la presidencia del Ayuntamiento de Granada, con los ediles Francis Almohalla, Carolina Amate, Beatriz Sánchez y Juanjo Ibáñez. Estaba el coronel de la Base Aérea de Armilla y el Subdelegado de Defensa, Miguel Durán y Federico González-Vico, respectivamente, además de la participación de los colegiales del Colegio del Rosario y de Santo Domingo, de las Vistillas, y una participación de hermanos estrenando las hachetas en sus manos. El paso de la Virgen iba iluminado en las esquinas por los candelabros de guardabrisas cedidos por la hermandad de la Oración en el Huerto y adornado con rosas blancas y rosas y esquinas con gladiolos.
El cortejo se vio muy arropado por vecinos, devotos y granadinos durante todo el recorrido procesional, debiendo detenerse por Reyes Católicos para el paso de una ambulancia en servicio de urgencia que finalmente giró a la altura de la plaza del Carmen para continuar en direccion descendente por Reyes Católicos. Poco después de las nueve y media el paso de la Virgen del Rosario ya estaba en el interior del templo de Santo Domingo.
