Treinta y dos ovaciones agradecieron el pregón, natural y sencillo, de una periodista que supo desgranar nuestra Semana Santa

Mamen Sánchez pregonó la Semana Santa con cinco semanas de antelación
El Teatro Municipal Isabel la Católica volvió a acoger en el mediodía de ayer, primer domingo de Cuaresma, la cita del Pregón Oficial de la Semana Santa de Granada. Ante un auditorio al completo y con un tiempo bastante frío y algo desapacible, incluso lluvioso, la pregonera del presente año, nuestra compañera María del Carmen Sánchez, desgranó su texto, completamente en prosa, dibujando una Semana Santa personal, repleta de vivencias y situaciones particulares, pero también de cómo ella vive en familia esta tradición, teniendo muy presentes a su marido y a sus hijos; una Semana Santa cercana, divertida por momentos y con ciertos toques de crítica valiente hacia determinados aspectos de la misma.
La pregonera elaboró un texto caótico, como ella misma ya había anunciado en las entrevistas previas, bellamente caótico, pero en el que dejó entrever su forma de entender las hermandades y cofradías; esto es, en familia y con amigos. No obstante, las primeras palabras del pregón fueron dedicadas de forma emotiva a sus padres, ya desaparecidos, a quienes le hubiera gustado ver allí sentados, en el patio de butacas, disfrutando de su pregón. Con la voz entrecortada y tras el primer aplauso del respetable en señal de cariño y afecto, arropando a la pregonera por cómo había comenzado el pregón, continuó hablando sobre Granada, reivindicando su origen, esbozando cómo la ciudad «se viste de oro y plata en primavera», y evocando ese «sueño antiguo que nunca se desvanece». Indicó cómo Granada «se convierte en un laberinto de emociones en donde cada calle cobra vida con el eco de la tradición», parafraseando también a personajes ilustres de la ciudad, como Falla o Lorca.
«Los Santos a la calle»
Tras los saludos protocolarios a las autoridades allí presentes, la pregonera empezó a evocar a las hermandades y cofradías de nuestra Semana Mayor mediante conversaciones con las diferentes estatuas que jalonan los distintos escenarios de la ciudad, desde Mariana Pineda a Fray Luis de Granada, pasando por Albert Einstein o Cristóbal Colón. Un recorrido que le valió para ir nombrando al grueso de las hermandades, sin sentido ni orden cronológico, intercalando dichos episodios con anécdotas de tipo más personal, toques de humor, momentos de cierta carga emocional y hasta críticas valientes, como el hecho de que no se cumplan los horarios de regreso de las hermandades o la reciente polémica por el cambio de la nueva Carrera Oficial.

Se acordó de la futura coronación canónica de la Virgen de la Luz, prevista para 2028, afirmando que «el único requisito que hay que cumplir para serlo es ser querida por su gente y Ella lo es con creces», y reivindicó a la hermandad de los Escolapios como la primera que puso un paso de palio en el Vaticano hace ya 25 años, acordándose también del Padre Iniesta, pregonero que fue de la Semana Santa en 1998, haciendo suyo el lema de él de «los santos a la calle», que le valió otra sonora ovación de las tantas que se pudieron escuchar a lo largo de toda su intervención.
Fue un pregón cercano, ameno, simpático, atrevido por momentos y con pasajes realmente atrevidos, como cuando sacó a relucir el postureo actual de los costaleros, por lo que justificó su frase de «los pasos a ruedas», criticando que su papel es «encomiable, importante, pero no imprescindible», haciendo ver así que «hay que poner en el centro de verdad a las imágenes que portamos». Igualmente, reivindicó el papel de la mujer en el mundo de la Semana Santa, también de los jóvenes, y tuvo presentes a las bandas de música, los artesanos y los medios de comunicación (la pregonera es periodista), además del tiempo o la lluvia tan protagonista de la pasada Semana Santa, reflejando la dificultad de las decisiones por parte de las juntas de gobierno cuando el tiempo no acompaña y valorando que «es muy complicado hacer la carrera de meteorología en media hora para saber si la nube va a descargar» justo cuando pase la hermandad por un punto específico. Especialmente emotiva fue la parte en la que recordó a veteranos cofrades muy conocidos fallecidos en el último año, así como a otros que nos dejaron ya hace tiempo, pero que todavía continúan muy presentes.
Para el final dejó a algunas de las grandes devociones de nuestra Semana Santa, como el Santísimo Cristo de los Favores ante el rezo del Viernes Santo a las tres de la tarde, o el Cristo de la Misericordia, además de las imágenes titulares de su hermandad, Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y Nuestra Señora de la Esperanza.
Rozando los 100 minutos concluyó el pregón, ovaciones incluidas hasta 32 veces, en un texto fresco, ameno, entretenido e, incluso, osado; un pregón sencillo de una cofrade humilde, de a pie, que en el día de ayer cumplió su objetivo de que cualquier cofrade se viera representado en dicho pregón, cercano y entrañable, con su punto de crítica ácida y su «mijita de malafollá», de la que no se libró ni el propio arzobispo, presente en el acto.

Detalles
Mención aparte merece la vestimenta de la pregonera, ataviada con la clásica mantilla española, justificando de esta forma su decisión de vestirla en una parte del propio texto, indicando que «me he puesto la mantilla como una manera de reivindicar lo que a mí no se me ha indicado: que lleve aquello que a los hombres se les marca para este acto, su traje de gala, el chaqué. Por eso yo me he puesto mi traje de gala, el que cada Martes Santo llevo con orgullo para acompañar a la Madre de Dios de la Esperanza», aludiendo así también que «era su forma de visibilizar a la figura de la mujer en la Semana Santa».
La pregonera fue presentada por su propio marido, Miguel Ángel Alcalá. También resultó una presentación sencilla, cercana y simpática, narrando vivencias y anécdotas de la pregonera a los presentes, que le hicieron valer varios aplausos y alguna que otra carcajada por su forma de contar y transmitir dichas experiencias.
La Banda Municipal de Música de Granada, con su director al frente, el Maestro López Carreño, interpretó magistralmente las marchas de procesión elegidas por la propia pregonera. Al comienzo, Soleá Dame la Mano, de Font de Anta, y El Poder de la Esperanza, de Víctor Ferrer; una vez ya acabado el texto y para cerrar el acto, La Niña de Santa Ana, de Rocío Bracero, precediendo a los himnos de Granada, Andalucía y España, que pusieron fin a un acto largo, cercano a las tres horas.
Además de la pregonera y del presentador de la misma, intervinieron también la alcaldesa de la ciudad, Marifrán Carazo, junto el Arzobispo, Monseñor José María Gil Tamayo, quien pidió «seguir rezando por la salud del Papa en estos momentos tan delicados que se encuentra». En la mesa presidencial, además de los ya indicados, el presidente de la Federación de Cofradías, Armando Ortiz; la consejera de Fomento de la Junta de Andalucía, Rocío Díaz; el presidente de la Diputación Provincial, Francisco Rodríguez; el Teniente General Jefe del MADOC, José Manuel de la Esperanza; y el Presidente de la Audiencia Provincial de Granada, José Luis López Fuentes.
Escenario
En esta ocasión, en el escenario se presentaba la cruz que cada Martes Santo porta Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, como símbolo de la victoria de Cristo sobre la muerte y el pecado. De ella pendía un sudario de Santa María de la Alhambra y, a los pies de la misma y a modo de calvario rocoso cedido por las hermandades de Ferroviarios y Lanzada, se situaban diversos elementos relacionados con la Pasión del Señor: tenazas, las ataduras del Cristo del Perdón, una corona de espinas del Rescate, los clavos de la Soledad de San Jerónimo, el paño de la Verónica del Trabajo con la imagen del Cristo de la Misericordia, y una escalera del paso de la Soledad de Santo Domingo, todo ello adornado por distintos tipos y variedades de flor.
En definitiva, un pregón cercano y ameno, bien defendido y con un auditorio lleno, ofreciendo sonoras ovaciones a la pregonera, así como risas y carcajadas en algún momento, dando muestra de esta forma del cariño que la Granada Cofrade tiene por Mari Carmen Sánchez, periodista y flamante pregonera del presente año de nuestra ciudad.
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Informa: Manuel Tabasco / Redacción GRANADA COFRADE