El coro de campanilleros, de Armilla, tras la Virgen de la Granada en su traslado al Perpetuo Socorro
La lluvia protagonizó el traslado de la Santísima Virgen de la Granada desde la parroquia de San Isidro hasta el templo del Perpetuo Socorro desde el que partirá para la celebración de la Vigilia de la Inmaculada que organiza la Diócesis de Granada con la Real Federación de Cofradías. Salió tras la misa de las once de la mañana por la calle Ancha de Capuchinos en dirección a la calle Divina Pastora pero la lluvia hizo acto de aparición poco después de su salida. Diecisiete parejas de hermanos formaban el cortejo, muy bien acompañado por el coro de Campanilleros de la vecina localidad de Armilla.
El cortejo, presidido por la imagen que portaban los costaleros a las órdenes de Jesús Alabarce, marchó de manera ágil al arreciar la lluvia y determinaron refugiarse en los soportales del Hospital de San Rafael, de la Orden Hospitalaria, donde la imagen de la Virgen de la Granada fue mostrada a un grupo de hermanos mientras el acompañamiento del coro de Campanilleros, de la localidad de Armilla, interpretaba las coplas de exaltación a la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora.
Restaban tan sólo unos metros para el final del traslado y hacia las dos de la tarde entraba en el interior del Perpetuo Socorro donde después se situó en el paso procesional de la Virgen de la Cabeza, de Churriana de la Vega, desde el que partirá hasta la Catedral para la celebración de la Vigilia de la Purísima.











