San Andrés, abierta al culto por la cofradía de la «Borriquilla»
El mediodía de ayer queda grabado ya en la historia de la cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén y de toda la Semana Santa de Granada. Fue una celebración extraordinaria con la que se reabría al culto la parroquial del Apóstol San Andrés después de dieciocho años. Iglesia construida en 1521, se presenta al culto en dos terceras partes de la nave central, quedando para las siguientes fases el resto de la misma y presbiterio; así como las dos naves laterales, de cuyo estado se puede tener constancia a través de un espacio acristalado desde el que se ve el resto del templo.
El arzobispo de Granada, monseñor Martínez Fernández, acompañado por el párroco actual Francisco Lorca y el P. Jesús, anterior párroco del templo, presidieron el templo. En el altar mayor se ha ubicado la imagen del Crucificado de la Salud. A su derecha la imagen de San Andrés, del misterio de la «Borriquilla», obra de Ángel Asenjo y a la izquierda del Crucifijo, la expléndida imagen de la Virgen de las Angustias. Los Titulares de la hermandad se presentan a ambos lados de la nave en sendas capillas dispuestas para el culto al Señor de la Entrada en Jerusalén y Nuestra Señora de la Paz. En el acto estuvo presente el alcalde de la ciudad, Francisco Cuenca, y el concejal popular, Francisco Ledesma, así como el arquitecto director de las obras, Antonio Martín.
El prelado granadino animó a la cofradía, la felicitó por el trabajo realizado durante estos años, solicitó la inscripción como hermano de la cofradía y se comprometió «a trabajar todo lo necesario para que en el menor tiempo posible se puedan completar las tres siguientes fases de la restauración».
Nota de la Redacción:
Ojos de emoción y de satisfacción se vieron ayer y en la gran mayoría, la felicitación a la cofradía por el esfuerzo realizado. El hermano mayor felicitó a la hermandad y a su junta de gobierno, pero tiene que ir necesariamente más allá después de todos estos últimos años. El deseo de la cofradía, de sus juntas de gobierno y de los hermanos que abandonaron con tristeza su parroquia hace dieciocho años, con la incertudumbre de poder regresar algún día. Es una felicitación para todos los vecinos y la feligresía, cada vez más escasa, con la que habrá que trabajar de inmediato. Una felicitación para los técnicos y trabajadores que la han hecho posible y una felicitación para todos los granadinos que la podrán volver a disfrutar. Es una felicitación para toda la GRANADA COFRADE que ve conservar su patrimonio gracias a los hermanos de esta cofradía, pero a la vez tiene que ser el COMPROMISO de todos para ayudar a la hermandad a afrontar los enormes gastos de esta reapertura y a conseguirlos afrontar para las fases siguientes.
Ciertamente no es un empeño a corto plazo, pero nunca las cofradías afrontaron con miras próximas sus principales proyectos. Así es que desde esta redacción nuestra gratitud a la hermandad por brindar la conservación de un templo tan importante como este de la calle Elvira y el deseo de que entre TODOS se pueda poner en el horizonte un proyecto que no es sólo de hermandad, sino de ciudad. De la ciudad de Granada que tanto debe a sus hermandades.