El pregón de las Glorias pasó desapercibido para las hermandades de Granada
«Ayúdanos a seguir andando de la mano de tu Hijo, Jesús Crucificado. Ella es nuestro modelo, eres la Madre, el Consuelo, la Soberana del Cielo, la Abogada Intercesora», dijo el pregonero de las Glorias de María en la noche de ayer, en la basílica de San Juan de Dios. Se celebro el Pregón de las Glorias convocado por la Real Federación de Cofradías a la que apenas una cincuentena de personas acudió. Lo más llamativo volvió a ser la escasa participación de las hermandades de Granada que, tal vez dejadas llevar por la tardanza en la designación del pregonero y su convocatoria, determinaron no participar en este evento. Tan sólo los
hermanos mayores de las cofradías de las Maravillla, Armando Ortiz; de la Alhambra, Rafael Ruiz y del Resucitado de Regina Mundi, Eduardo Iáñez, estuvieron presentes de las treinta y dos cofradías federadas. Estaban también los presidentes de la ADMA-Alhambra, Pablo Cañas y de la Asociación de la Virgen de la Granada, Jorge Heredia, además del presidente de la Asociación del Santo Escapulario de San Juan de Dios, José Luis Ramírez Domenech, encargada por la Federación de Cofradías de la organización y designación del pregonero. Una mas que escasa participación de los órganos federativos, a excepción de la junta de gobierno federativa entre la que se encuentra el comisario
de la hermandad del Consuelo y vicepresidente de la Federación de Cofradías, Francisco López Cánovas.
El pregonero, miembro de la Asociación de San Juan de Dios, Pedro Maldonado, habló de la grandeza de María, de la ciudad mariana de Granada, de los Siete Dolores de María desde la profecía de Simeón hasta el Descendimiento de la Cruz, reflejando los pasajes que ponen en valor el amor maternal de la Virgen María. «En tiempos oscuros y adversos, aparta de mi tu aflicción y ruego a Dios nunca te olvide», dijo el pregonero. Habló de la Inmaculada Concepción de María bajo cuya devoción se acoge el templo de San Juan de Dios con la imagen de la Purísima situada al lado del pregonero. «A tí la gloria, María, tu eres la Paz, el Consuelo, silencio interior que escucha en una lucha que es mucha, Divina solicitud, Misteriosa realeza, nada es sin tu anuencia, y tú esmero y fineza, toda presteza y prontitud me diste humilde licencia», señaló el pregonero quien también hizo referencia a la obediencia de María a los designios divinos. «Hay en tus labios un sí, infinito y eterno de amor materno y bendito». Destacó la atención perenne de María a las solicitudes de sus hijos y exaltó la presencia de la Madre de Dios en todos los momentos de nuestra vida.
El pregón, en buena parte dedicado en verso, también exaltó el cariño y la destreza de los cofrades en la organización de las estaciones penitenciales y de gloria. Sin nombrar las devociones granadinas, realizó una visión sentida y emotiva de la importancia de la presencia de la Virgen en nuestras vidas y exaltó las virtudes de la Madre en la atención de sus hijos. Refirió los principales elogios de la letanía devocional a la Virgen y puso todo su empeño destacar la «dedicación de artistas, literatos, escultores, poetas y pintores que dejaron las mejores muestras de su arte para que sea espejo donde mirarlos los cristianos». «Seamos pues, como María que supo afrontar, supo estar, aun Dolorosa al pie de la Cruz», apuntó.
El acto estuvo presidido por el presidente de la Federación de Cofradías, Jesús Muros, y el rector de la Basílica de San Juan de Dios, fray Juan José Hernández. El pregonero fue presentado por el secretario de la Federación de Cofradías, Roberto Martín.
