Sentimiento y devoción en el pregón del Señor de la Resurrección
La poesía de Alfonso Campos definió la hermandad y sirvió para presentar el cartel de este año, obra de Adrián Martín.
La cofradía de la Resurrección era necesaria, porque ¿qué es el día sin la noche, la luz sin la oscuridad, el sol sin la luna o la muerte sin la vida?, porque eso era lo que faltaba a nuestra Semana Santa. Un complemento que encajara perfectamente en nuestras vidas y sirviera como cierre de ciclo de una fiesta conocida y valorada internacionalmente que llegó a su máxima expresión con este final perfecto». Palabras del cofrade y costalero Alfonso Campos en el pregón que anoche pronunció en la cofradía del Señor de la Resurrección.
Numerosos hermanos se dieron cita en el templo de San Miguel Arcángel para escuchar el pregón y conocer el cartel «Pascua de Resurrección», obra de Adrián Martín, de Almería, «En el que basta reflejar la presencia del Señor de la Resurrección, sin nada más a su alrededor», como indicó el pregonero.
Alfonso Campos había sido introducido por su padre, el también pregonero Miguel Campos, indicando sus virtudes y su formación cofrade para ocupar el atril de la parroquia. Alfonso Campos realizó un detallado repaso por la historia de la cofradía, «el comienzo de los primeros días de la cofradía en un establecimiento de la calle Navas» y los aciertos vividos a lo largo de los años, la primitiva parroquia, la bendición de las imágenes, las primeras salidas y los primeros varales «de María Santísima de la Encarnación. De la Encarnación, lo primero, a la Resurrección, lo último», como indicó Alfonso Campos.
«Tu llegaste para ser culmen de la fiesta de la fe», dijo el pregonero «y que mejor que este barrio para acogerlo como el solo sabe», siendo una «hermandad costalera» en el barrio de los Vergeles «porque somos muchos los que acudimos a tu presencia: una hermandad llena de alegría», apuntó Campos.
El párroco y consiliario Juan Martínez, estuvo presente en el acto acompañando a la hermandad y a su hermana mayor, Eva Valladares.