Santa María del Perpetuo Socorro procesionó anoche por el centro de la ciudad, desde los Redentoristas
La última de las estaciones de gloria de nuestra capital en el presente mes de junio es Santa María del Perpetuo Socorro. Durante dos horas y cuarenta minutos permaneció el Sagrado Icono de la Santísima Virgen en las calles granadinas, después de haber salido con casi una hora de retraso debido a problemas organizativos al no personarse el retén de Policía Local para cortar el tráfico. Las hermandades de Nuestra Señora de los Dolores Coronada, de Caniles; la de la Entrada de Jesús en Jerusalén, Nuestra Señora de la Soledad de San Jerónimo y la del Santísimo Cristo del Trabajo, formaron en el cortejo precediendo a la junta de gobierno de la Archicofradía de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
Numerosos fieles esperaban en la puerta el momento de la salida, silenciándose en el momento en el que el paso de la Virgen, de Navas Parejo de 1927, salió de rodillas por la puerta del Santuario de la calle San Jerónimo. Mandaba el paso el capataz Dioniso Martínez. Delante marchaba la representación de la comunidad misionara de los Redentoristas con el sacerdote Damián González que es quien ha predicado la novena y el último día de cultos, antes de la salida de la procesión. Rosas malvas y clavel con lilium blancos era el adorno de las andas procesionales que primero visitaron a los hermanos de San Juan de Dios en su basílica para, después realizar el recorrido previsto. Acompañaba musicalmente la banda de San Isidro, de Armilla, que interpretó un repertorio de marchas clásicas tales como «Soleá dame la mano», «Virgen de las Aguas» o «Amarguras», entre otras.
A la una menos cuarto de la noche se adentró de nuevo el Icono en el interior de su sede canónica después de haber realizado el recorrido procesional por las calles del centro de la capital.