1 de noviembre de 2024
Actualidad

«El cristianismo popular lo mantienen y transmiten las comunidades cristianas y las cofradías».

Monseñor Martínez Fernández finaliza su pontificado en la Catedral ,con una Eucaristía de Acción de Gracias a Dios

«Le doy las gracias al Papa Francisco por su ministerio, su enseñanza y su fortaleza, por todo el don de su vida también en unas condiciones de salud limitadas en muchos momentos, al servicio de la Verdad y la Caridad», señaló el arzobispo emérito, monseñor Francisco Javier Martínez Fernández en la Eucaristía de acción de gracias por su pontificado, celebrada en la Catedral de Granada y restransmitida en directo a través de TG7 con la señal cedida de VATV. Una celebración que llenó la Catedral de Granada y que contó con la participaciòn de varios obispos y prelados andaluces y de otras diócesis, así como del Nuncio de S. S., monseñor Bernardito Cleopas. Estuvo presidida por el arzobispo de Granada, monseñor José María Gil Tamayo, quien en sus palabras iniciales señaló que «no es una despedida puesto que se queda en Granada y le damos Gracias a Dios por estos veinte años de ministerio episcopal». Indicó que «aunque solo llevo unos meses en Granada y como sucesor suyo en esta sede de San Cecilio y San Gregorio Bético quiero expresarle mi gratitud y con ella la de esta iglesia particular por sus dos décadas de entrega en nuestra diócesis en las que precede otros servicios episcopales en las sedes de Madrid y Córdoba» y agradeció el cariño con el que me ha tratado desde que tuvo conocimiento de mi nombramiento y de mi llegada a Granada, todo ello con gran generosidad y cercanía fraterna».

En la homilia, monseñor Martínez agradeció la presencia «de los movimientos, cofradías y grupos apostólicos, autoridades que habéis querido acompañarme en este día» reconociendo que le he pedido al Señor que esta homilia fuera como la de tantas otras ocasiones en las que hemos compartido en los domingos y a través de pensamientos que puedan sernos útiles». Monseñor Martínez recordó que ciertamente «no es de despedida porque los cristianos no nos despedimos nunca ni siquiera en la muerte y por tanto menos aún esta vida. Por supuesto que me despido como arzobispo de Granada aunque seguiré viviendo entre vosotros y siga siendo arzobispo hasta el día de mi muerte pero no soy vuestro pastor». Unas palabras llenas «de gozo y gratitud como he vivido todo este tiempo», dedicando sus primeras palabras a la Virgen «porque Ella ha guiado mi historia y no porque yo lo mereciera pero desde que con 13 años en la capilla del Seminario menor de Madrid, Ella nunda me ha dejado solo», visiblemente emocionado. Recordó vivencias y anécdotas vividas en las calles de Granada y habló del cristianismo popular «que es lo que nosotros tenemos en nuestros pueblos y un cristianismo que no tiene pueblo es agonizante y el nuestro tiene pueblo, en buena medida, gracias a la conservación del sentido de pueblo que transmiten las comunidades cristianas y las cofradías». Al término de la Eucaristía el vicario general de la diócesis, Francisco Javier Espigares, tuvo palabras de reconocimiento y despedida para el prelado emérito y en nombre de la diócesis le regaló la reproducción en plata del tondo de la Catedral de Granada, obra original de José Risueño.

Una celebración Eucarística que vivió el arzobispo emérito sentado en silla de ruedas por su estado de salud, pero que le mantiene muy atento a la vida religiosa de la diócesis en la que seguirá viviendo.