Un escenario renacentista para el Vía Crucis del Descendimiento.
El claustro renacentista del Real Monasterio de San Jerónimo acogió ayer la celebración de un íntimo y recogido Vía Crucis presidido por la imagen del Señor del Descendimiento y acompañado por un nutrido grupo de hermanos y cofrades que quisieron participar de este tiempo de oración en el cuarto sábado de la cuaresma de 2023. Un pequeño cortejo que se abría con cruz alzada y ciriales, sin albas, al igual que los acólitos turiferarios que precedían a las andas con la imagen del Señor del Descendimiento. Prácticamente no se había formado cortejo y tan solo tres parejas marchaban entre la cruz alzada conventual y el quinteto de metales y percusión «GranaMusic» que interpretó varias marchas y composiciones fúnebres durante el trayecto del Vía Crucis, marcado por faroles violáceos de la corporación del Viernes Santo.
En portar la imagen del Señor Yacente se turnaron hermanos y personas vinculadas a la hermandad de San Jerónimo y tras la imagen se arracimaban el resto de asistentes al acto piadoso.