Monseñor Gil Tamayo presidió la procesión del Vía Lucis de la Juventud, con la Virgen de las Penas
Monseñor José María Gil, arzobispo de Granada, presidió ayer el Vía Lucis de la Juventud desde la calle Molinos y al término de la novena estación del mismo. Estaba convocado por la Delegación Diocesana de Juventud, con el sacerdote Javier Beltrán, responsable de la misma, al frente. A las seis y media partía el cortejo desde el interior del templo de San Matías acompañado por un buen número de grupos jóvenes, la práctica totalidad, de las hermandades de penitencia, además de 18 parejas de hermanos situados tras la cruz parroquial. Estaban los grupos jóvenes de las hermandades del Santo Cristo de San Agustín, Cristo del Trabajo, Sagrada Lanzada, Concepción, Ferroviarios, Entrada en Jerusalén, Oración en el Huerto, Consuelo, Escolapios, Esperanza, Humildad, Alhambra, Rosario, Santa Cena, Soledad de San Jerónimo y Vía Crucis, entre otros, y la presidencia de la hermandad de Jesús de la Paciencia y María Santísima de las Penas.
Se fueron rezando las correspondientes estaciones por el itinerario realejeño y especialmente emotivos fueron los momentos que se vivieron en Santo Domingo, las Comendadoras de Santiago con el Señor orante en la puerta y, tras Él, las propias Comendadoras que le cantaron a la Virgen, o el paso por el Campo del Príncipe. En ese punto coincidió el cortejo con una cita política de campaña electoral por lo que el mismo accedió al monumento al Cristo de los Favores por un lateral de la plaza.
La imagen de la Virgen de las Penas se presentaba con manto en terciopelo rosa, saya y pecherín bordados color crema y estrenaba tocado a tablas elaborado con un paño de tela egipcia y tul bordado en hojilla de plata, vestida por Francisco Garví.
En la presidencia de la hermandad, acompañaba al hermano mayor Ignacio Figueruela, la vocal de Presidencia de la Federación de Cofradías, Amalia Tristán, además de veteranos hermanos de esta corporación. El párroco y consiliario de San Matías, Francisco Novo, junto con Javier Beltrán, delegado diocesano de Juventud.