Monseñor Gil Tamayo acompañó a la hermandad del Señor de la Humildad en la festividad del Dulce Nombre de Jesús.
La pregonera de la Juventud, Lucía Serrano, recibió su nombramiento y las guardas para su pregón
«Al venerar el Nombre de Jesús queremos venerar lo que este nombre significa. Es el Hijo de Dios enviado al mundo, hecho Hombre por nuestra Salvación. Por esto la Iglesia desde sus orígenes ha profesado una gran veneración por este Nombre y ha proclamado que es el único nombre ante el cual toda la rodilla se doble en el cielo y en la tierra y anuncie que Jesucristo es Señor para la Gloria de Dios Padre». De esta manera comenzó sus palabras el Arzobispo de Granada, monseñor Gil Tamayo, en la celebración del Dulce Nombre de Jesús en el templo dominico de Santa Cruz la Real. Numerosos grupos jóvenes de cofradías granadinas y el vice presidente de la Federación de Cofradías, Alberto Cuerva, acudieron a la llamada de la cofradía del Señor de la Humildad como cada tercer día del mes de enero. La advocación de la Humildad «frente a la soberbia de la que hacemos gala en el mundo», estuvo muy presente en la homilía del prelado granadino.
La imagen del Niño Dios se situaba en un formidable altar de cultos situado en el crucero del templo dominico, sobre peana dorada y policromada cedida por la hermandad del Señor de la Resurrección, y custodiada por dos paños de cera con candelería. La imagen se había situado delante de un dosel de damasco dorado rematada con orfebrería y talla dorada.
Al término de la celebración Eucarística, concelebrada por el párroco y consiliario, el dominico Antonio Larios, se procedió a la entrega del nombramiento de pregonera de la Juventud de la Semana Santa de Granada a Lucía Serrano, joven hermana de la cofradía del Santísimo Cristo de la Redención y alumna del Colegio Cristo Rey, cuya comunidad también estaba presente en la celebración de la Eucaristía. El hermano mayor, Germán Bolivar, entregó a la pregonera tanto el nombramiento como las cubiertas de encuadernación.
La celebración de la Eucaristía estuvo solemnizada por el coro de María Auxiliadora de la Alhambra.