Final de la espera para el Cristo de la Misericordia y la Virgen de la Soledad en el Calvario que regresaron a San Pedro y San Pablo
La imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia y a sus pies la de Nuestra Señora de la Soledad en el Calvario, protagonizaron la tarde de ayer nuevamente envueltos en un estruendoso silencio que centraba la atención en ambas tallas de José de Mora. Después de tres intentos de regresar a su sede de San Pedro y San Pablo, de la que partían el pasado viernes para presidir el Vía Crucis de la Federación de Cofradías en la Catedral, y por motivos de la lluvia fue finalmente ayer cuando pudieron entrar nuevamente. Al término del traslado la Virgen de la Soledad fue ubicada en sus andas de traslado y fue llevada también hasta San Gil y Santa Ana.
En cortejo lo abría la cruz de la hermandad del Silencio para llevar después veinticinco parejas de hermanos de ambas cofradías y los dos guiones corporativos. Ya no estaba presente el guion del la Federación de Cofradías y en la presidencia participaba el presidente, Armando Ortiz, junto a la hermana mayor del Santo Sepulcro, Blanca Sánchez-Agesta, y del Cristo de la Misericordia. Acompañaba musicalmente el trio «GranaMusic».
Un camino en dirección a Gran Vía por Pasaje Diego de Siloé, Almireceros, Joaquín Costa, Reyes Católicos, Plaza Nueva y Carrera del Darro que tardó en realizarse poco más de una hora y cuarto.