23 de noviembre de 2024
Actualidad

Noche de capataces y auxiliares de los llamadores

Un encuentro de ciento cuatro capataces y auxiliares no se consigue casi nunca. Sólo el carisma y el cariño que pone el capataz Pepe Carvajal Gálvez, hacen de sus llamamientos un encuentro de hermandad y proximidad entre los capataces granadinos. El anfitrión y organizador se retiró este año del martillo de la Custodia del Corpus pero mantiene su deseo de acercar a los capataces granadinos en torno a estas fechas de final del curso cofrade para recordarles que «sois el pulmón de la Semana Santa» y recordar la necesidad de trasladar las experiencias cofrades a los más jóvenes para la continuidad de nuestras hermandades y el avance de las mismas. Pepe Carvajal tuvo también palabras de agradecimiento para «todos los costaleros y capataces de la Semana Santa granadina que han ocupado un lugar bajo las trabajaderas de nuestros pasos» en estos más de cuarenta años de hermanos costaleros en nuestra ciudad. Carvajal fue, junto con otros pioneros algunos de ellos presentes en el restaurante donde se celebró el encuentro de capataces y auxiliares, de los primeros que impulsaron el movimiento costalero a raíz de la creación de la cuadrilla de la Santa Cruz que aglutinó a muchos de ellos. «Nosotros luchamos por hacerlo y muchos de aquellos alumnos estáis aquí para que esto no se pare», apuntó el maestro de capataces.

Carvajal llamó a los más veteranos del martillo para ayudarle a entregar una serie de pergaminos a capataces y auxiliares. Estuvieron en el estrado los veteranos José Luis Barrales, Guillermo Fernández, Paco Carrasco, Eduardo García Román, José Ibáñez, Jorge Mario Martín, Eduardo Carvajal y José Luis Peña. Fueron otros diez capataces los llamados para recibir un recuerdo de agradecimiento, entre otros, Gerardo Sabador, de Jesús de la Paciencia; Miguel García Almagro, de Jesús de las Tres Caídas; Miguel Ángel Roldán, de Jesús Nazareno, Santa Cena y Soledad; Joaquín Cros, de la Santa Cena y Sebastián Pérez, ex capataz de Santa María de la Alhambra y Álvaro Jiménez-Herrera, de la cofradía del Silencio.