Más de setecientos granadinos acompañan al Simpecado. Han hecho noche en Loja y caminan hacia Domingo la Roda y La Puebla de Cazalla (Sevilla).
Los rocieros granadinos han pasado esta noche en la localidad de Loja, después de la salida que vivieron ayer sábado en la capital, acompañados por numerosos granadinos que llenaron las calles del itinerario. En San Pedro y San Pablo se celebró la Eucaristía a las diez y media de la mañana, presidida por el párroco, Manuel García, y cantada por el coro de la hermandad granadina. Después, la salida del templo del Simpecado, portado por la mayordoma del presente año, Rocío Díaz, y a los sones del himno nacional interpretado por los tamboriles y las gaitas de los romeros granadinos. Situada en la carrera de plata, el camino discurrió por la calle Carrera del Darro, con la participación de varias cofradías de penitencia en el cortejo. Estaban las representaciones con guiones del Rescate, del Cristo del Consuelo, de los Escolapios, de la Santa Cena Sacramental, del Rosario y de la Redención, además de la de gloria del Rocío de Santa Fe y de otras hermandades de localidades granadinas.
Mañana de vistosidad y colorido acompañando al Simpecado granadino que bordaron las Monjas de la Piedad, con sus veinticinco granadas y que fue acompañado por las principales autoridades granadinas. Estaba la Consejera de Fomento de la Junta de Andalucía, Rocío Díaz, y la alcaldesa de Granada, Marifrán Carazo. Estaban delegados de distintas áreas de Consejerías andaluzas y el Delegado de la Junta de Andalucía en Granada, Antonio Granados, junto al hermano mayor, Alfredo Alcalde.
Coros y grupos rocieros cantaron al Simpecado en todo el recorrido. La comitiva iba acompañada por gran número de caballos y jinetes y le seguían carriolas que harán también el camino hacia la aldea. En la Plaza del Carmen, en un pequeño lugar decorado con los colores granadinos la alcaldesa deseó «un buen camino a los romeros y que difrutéis estos días en hermandad» entregando un ramo de flores al Simpecado. Después, continuó la comitiva hasta la Virgen de las Angustias para entregar una cesta de flores a la Patrona y despedirse con el canto de la «Salve Rocío, Granada» ante la Patrona, con letra de Alfredo Alcalde y música de Paco Vidal. La hermandad granadina continuó hacia el primer «rengue» y con posterioridad, camino hacia la localidad de Loja, donde hicieron la primera acampada.