La Virgen de la Victoria presidió el rezo del rosario en el centenario de su cofradía de penitencia.
Desde Santo Domingo hasta San José de Calasanz, pasando por la basílica de la Virgen de las Angustias
La Virgen de la Victoria recorrió ayer las calles de Granada en su rosario vespertino por el centenario de su hermandad. A primera hora de la tarde se ponía en la calle el largo cortejo desde el interior del templo de Santo Domingo, con el único acompañamiento del coro de la hermandad del Rocío de Granada. Cincuenta parejas de hermanos acompañaban a la imagen, divididos en dos tramos y separados por el Simpecado de la cofradía. Con el canto del coro de la hermandad del Rocío se fueron intercalando los cantos a la Virgen con los rezos del Rosario, llegando de esta forma hasta la basílica de la Virgen de las Angustias, donde la hermandad del Domingo de Ramos fue recibida por la hermandad patronal, con su vice hermano mayor, Adolfo Torres, a la cabeza. Tras saludar a la Patrona, el cortejo siguió camino del puente romano hasta llegar a la iglesia de San José de Calasanz, sede de la cofradía de los Escolapios, para proceder allí a finalizar el rezo del Santo Rosario, acompañados por la hermana mayor de la hermandad del Viernes Santo, Fátima Sánchez.
A partir de este momento se retiró el coro de la hermandad del Rocío y el acompañamiento musical corrió a cargo de la Banda de Música de Cúllar Vega, que mostró un amplio repertorio musical y una gran calidad tras la Virgen de la Victoria. La imagen se presentaba en su paso habitual, pero sin el palio, tocada con una ráfaga de la hermandad sevillana de San Julián. Los candelabros de guardabrisa fueron cedidos por la hermandad del Huerto, creando una composición singular y diferente a la que estamos acostumbrados cada Domingo de Ramos. Abría la comitiva religiosa la propia banda de la hermandad, de tambores y cornetas «María Santísima de la Victoria».
Mucho público en las calles y un tiempo muy agradable acompañaron a la Virgen de la Victoria en su caminar, que estuvo por el entorno del centro y del Realejo por espacio de unas siete horas.



































