El Arzobispo presidió la Eucaristía en el aniversario de la cofradía de la Esperanza y bendijo el nuevo guión de la Expectación.
El nuevo guión de la Expectación de la cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza fue bendecido ayer por el Arzobispo de Granada, monseñor Martínez Fernández, en el transcurso de la celebración de la Eucaristía que tuvo lugar en el templo de San Gil y Santa Ana. Fue concelebrada por los párrocos, Manuel García Gálvez y Antonio Castillo, con un lleno total de la parroquia, acompañada la cofradía por varias representaciones de hermandades, entre ellas la de la Virgen de la Amargura que será coronada dentro de un mes en la Catedral, asistiendo el hermano mayor, Manuel Cañavate, el comisario, Cecilio Cabello y su pregonero, Antonio González.
El nuevo guión es obra de José Manuel Martínez Hurtado y presenta una pequeña imagen de la Virgen de la Esperanza encinta en el reverso del guión se deja el texto al que hace referencia el sentido del guión. Un grupo de hermanos también recibió al término la insignia de plata que recuerda su vigésimo quinto aniversario de permanencia en la cofradía.
En el transcurso de la Eucaristía el prelado granadino, en la homilía, hizo referencia a la dedicación de las hermandades para preparar cada estación de penitencia, al orden y al esfuerzo mostrado y recalcó la admiración que despiertan «los más jóvenes que nunca se muestran cansados, siempre ilusionados por seguir hacia adelante», indicó. «Para mí es un momento sagrado, precioso, cuando acompaño a cada cofradía y cuando vivo el misterio de cada hermandad rezando en el interior de la Catedral». Monseñor Martínez Fernández dijo también que «fruto de la falta de esperanza es en nuestra sociedad el problema demográfico que es gravísimo. Tener un hijo es un acto de fe, un acto de valor, porque compromete a todos, especialmente a la madre, pero a todos nos obliga a cambiar nuestra vida y por lo tanto solo se puede hacer si antes ha habido un sí incondicional a Jesucristo». En ningún momento el prelado se refirió a la reciente renuncia a coronar a la Santísima Virgen comunidado a la hermandad a través de una sencilla carta.
Terminó la celebración con el canto del himno de la Virgen de la Esperanza ante la imagen que José Risueño talló en el año 1718 y del que en breve se cumplierá el III Centenario.