La Virgen de los Dolores regresó a su sede de San Pedro y San Pablo.
A las once de la noche se recogía la Santísima Virgen de los Dolores en su sede canónica de la parroquia de San Pedro y San Pablo. Las hermandades que, en gran número, habían acompañado a la hermandad que cumple su septuagésimo quinto año de existencia, se despidieron en Plaza Nueva, dejando el cortejo de hermanos y el paso de la Virgen de los Dolores regresar con el acompañamiento de numerosos granadinos y cofrades.
Abría el cortejo la agrupación musical «María Santísima de la Estrella» y lo cerraba la banda de la cofradía, dirigida por Antonio Linares. En el cortejo formaban hermandades de los Dolores de la provincia de Granada y la práctica totalidad de las cofradías granadinas. Estaba presente el presidente de la Real Federación de Cofradías, Jesús Muros, acompañando en la presidencia al hermano mayor, Juan Oliver, y a los representantes de las cofradías del Rescate y de la Cabeza, ambas establecidas en la parroquia de la Magdalena. Treinta parejas de hermanos formaban el amplio cortejo y en representación municipal marcha el concejal delegado de Cultura y Deportes, teniente de alcalde, Juan García Montero.
La hermandad de Nuestra Señora de los Dolores había salido a las seis de la tarde desde la parroquia de Santa María Magdalena «donde hemos estado muy bien acogidos y acompañados», como reconoció el hermano mayor de la cofradía a la redacción de GRANADA COFRADE . Al paso de la Virgen de los Dolores por el templo de San Antón, lugar que fue sede de la hermandad, repicaron las campanas y la imagen se volvió para la puerta principal donde se celebraba misa en ese momento. Luego, la cofradía de las Penas le ofreció un ramo de flores al paso por la parroquia de San Matías y el coro de la Archicofradía de María Auxiliadora le cantó a su paso por la calle Colcha. Fueron algunos de los momentos vividos de manera intensa en la tarde y noche de ayer. El paso iba portado por su cuadrilla de costaleros mandada por Antonio Rodríguez y poco después de la salida le cedió este privilegio a los costaleros del Rescate, mandado por José Luis Pérez Raya, en la calle Puentezuelas.
El paso procesional iba adornado con una variedad de flor entre las que destacaban la hortensia, orquídea, rosas, rosas de pitiminí, margaritas y frecsias, todo en tonalidades malvas, rosas y blancas y la Virgen portaba el rosario de plata regalado por la cuadrilla del Rescate y quince rosarios de flores, además de la Medalla al Mérito Militar que le entregó el teniente general Alfredo Ramírez antes de abandonar la dirección del Madoc.