El cardenal Fernando Sebastián estuvo en el Santo Ángel presidiendo la Eucaristía del XXV aniversario de la bendición de la Virgen de la Consolación
El cardenal Fernando Sebastián Aguilar estuvo de nuevo ayer en Granada para presidir la Eucaristía solemne del vigésimo quinto aniversario de la bendición de Nuestra Madre y Señora de la Consolación, Titular de la cofradía del Santo Crucifijo de San Agustín. “Es un día hoy solemne en el que quiero saludar a la junta de gobierno y a los hermanos de la cofradía. De manera especial a las hermanas Franciscanas. Es un día memorable porque estamos recordando lo que aquí ocurrió hace veinticinco años”, dijo el prelado emérito de Pamplona, lugar al que marchó después de salir de Granada. El prelado recordó algunos momentos de aquel día “en el que tuve la satisfacción de bendecir y coronar a nuestra Madre de la Consolación” e indicó que “estar con vosotros esta mañana me ha hecho revivir y dar gracias a Dios porque me ha permitido vivir momentos importantes”. Habló con posterioridad del Evangelio del día con referencia a las bodas de Caná, sirviendo la advocación de la Virgen “como consuelo de aquellos novios”, apuntó. El templo estaba totalmente abarrotado de hermanos haciendo imposible el acceso al interior.
La celebración contó con la presencia de la concejal de Turismo del Ayuntamiento, hermana de la cofradía, Rocío Díaz, estado presente también la edil Lorena Rodríguez y el diputado provincial de Turismo, Enrique Medina. La presidencia de la hermandad estuvo integrada por el hermano mayor Vicente Molina y los integrantes de la junta de gobierno.