29 de septiembre de 2024
Actualidad

Toda la historia de devoción a la Virgen de la Consolación en la exaltación que pronunció anoche Miguel Luis López-Guadalupe

Foto GRANADA COFRADE
Foto GRANADA COFRADE

Una nueva lección de amor a María ofreció anoche el cofrade, pregonero y profesor universitario Miguel Luis López-Guadalupe Muñoz en el monasterio del Santo Ángel Custodio. La cofradía de la que es hermano y fue su hermano mayor le había escogido para realizar la Exaltación a Nuestra Madre y Señora de la Consolación con motivo del XXV aniversario que ayer mismo se cumplía, como finalización de las actividades de estos días para celebración de esta efemérides. «Tenemos el don de la fe y por ello damos gracias a Cristo y María y por ello rezamos por el mundo que no tiene fe, por los que no han conocido a Cristo y, sobre todo, por quienes han renunciado a conocerlo», señaló el exaltador hablando del Año de la Misericordia y de los beneficios que nos dejará en el interior de cada uno. Todo ello sirvió para hablar de la Consolación «Agustina y franciscana, Señora de nuestras vidas y Madre de nuestras almas», indicó en sus bellas palabras de exaltación a la Madre. Se centró en varios capítulos para hablar constantemente de la Señora de la Consolación pero quizás el que expresaba «Desde la Casa de Nazaret a la vida pública» como reflejo de los años que se preparó su salida penitencial y que aguardaba dentro del cenobio el momento de la primera salida.

López-Guadalupe recordó pormenorizadamente a numerosos hermanos que formaron las primeras nóminas y que hoy faltan, comunidad de religiosas y las ausentes que ya gozan de la presencia de María en el cielo. Recordó a las camareras de la Virgen, a los que iniciaron el camino de devoción a la Virgen de la Consolación, ofreciendo especialmente su texto por las mujeres cofrades «sin distinción alguna, no madres, hijas o abuelas, mujeres cofrades», como indicó. Elocuente, lírica y creativa fue la intervención, metiendo en los cincuenta minutos de exaltación toda la existencia de la hermandad desde su revitalizadión en el año 1988 hasta el momento actual. Los consiliarios que ha tenido la cofradía, sus hermanos mayores, sus capataces y de manera especial el trabajo «árduo y meritorio» de los priostes y vestidores durante estos veinticinco años.

Se llenó totalmente el recinto religioso presidido por la Reina del Santo Ángel y ante ella se pronunción la emotiva e intensa exaltación. El pregonero fue presentado a su vez por el hermano Rafael Moya quien apuntó brevemente los proyectos alcanzados por el pregonero en su etapa como hermano mayor. El acto concluyó con la lectura de la Bendición Apostólica que, a través de la Nunciatura Apostólica del Vaticano, el Santo Padre ha trasladado a la hermandad con motivo del vigésimo quinto aniversario de la bendición de la Virgen y con el rezo del ángelus y de la Salve Regina. El exhermano mayor y pregonero recibió de manos del hermano mayor, Vicente Molina, la insignia de oro de la hermandad no sólo por la exaltación sino por los muchos años de servicio a la cofradía del Santo Crucifijo de San Agustín.

Foto GRANADA COFRADE
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