La cofradía del Vía Crucis regresa a sus orígenes fundacionales en el comienzo de su centenario
Las imágenes de Nuestro Padre Jesús de la Amargura y de María Santísima de las Lágrimas están en el templo del Salvador, en el corazón albaicinero, donde se gestó la fundación de esta hermandad de penitencia. El templo acogió lleno de fieles la presencia de los Titulares de la cofradía decana de Granada que vive desde hace unas semanas los actos de su centenario fundacional. Había satisfacción en los ojos de los hermanos que revivían la estancia de la cofradía en este lugar según lo contado por los hermanos que precedieron en la gestión de esta corporación nazarena.
Habían partido desde el templo de San Juan de los Reyes, en la calle de su nombre, con un sencillo cortejo integrado por veinticuatro parejas de hermanos en el que figuraban los primitivos faroles de escolta y los dos nuevos en orfebrería, custodiando el libro del Víacrucis que tiene singular importancia en esta cofradía. Guión corporativo y la presidencia de varios hermanos que forman parte de la comisión del centenario. Las andas del Señor de la Amargura, restaurados por Alejandro Martín, marchaban con el primer Titular sin adorno floral y de manera muy sobria. Era portado por la cuadrilla de costaleros de la Virgen de los Reyes, mientras que los del paso de Cristo llevaban a María Santísima de las Lágrimas que llevaba ya más de quince años sin salir a las calles del barrio, pues es la primitiva Titular de esta cofradía hasta el año 2000. Las andas de la Virgen, cedidas por la hermandad de Jesús Despojado, se adornaban con dos jarras cónicas de tres alturas, formadas por rosas blancas de pitiminí.