Dimite, o no acepta su ratificación, Francisco Rodríguez Abuín como capataz de la Redención.
El hasta ahora capataz del paso del Santísimo Cristo de la Redención, Francisco Rodríguez Abuín, ha presentado su dimisión y, en su caso, la no aceptación de ratificación para el cargo. El pasado Lunes de Pascua, al igual que el pasado año hiciera, determinó no seguir en el cargo y esperar a la ratificación de la junta de gobierno, cosa que en el presente año no sería aceptaado. Puestos al habla con el hermano mayor, Manuel Molinero, nos ha mostrado su extrañeza por este asunto. «Sabía de las dificultades que atravesaba la cuadrilla pero no esperaba enterarme de ello a través de los medios de comunicación». El secretario y el consiliario recibieron la extensa carta de seis folios pero aún no se había entregado al hermano mayor, según nos reconoció el responsable de la cofradía.
Para Manuel Molinero la situación «se estaba estudiando. Las cosas en caliente no es buenas verlas y prefería no convocar reunión de junta hasta en tanto tuviera todos los elementos de juicio precisos. Estoy hablando con los costaleros para conocer de primera mano sus impresiones y los motivos por los que las dificultades en el regreso van creciendo conforme se termina la estación penitencial en la Catedral». El abandono de costaleros, algunos daños sufridos y diversas opiniones son el eje del problema, además de la mucha rumorología que circula entre cofrades como el de que se tuvo que desmontar medio paso para que pudieran regresar, algo totalmente falso. «Tan sólo se desmontó uno de los cuatro jinetes del Apocalipsis de las esquinas porque se rompió el espárrago que lo sujetaba», como indica el hermano mayor a nuestra redacción. En esa operación se tardó un cuarto de hora cuando atravesaba el Puente Romano del Genil pero se llegó con una hora de retraso achacable, según el hermano mayor, a la cuadrilla que mandaba Francisco Rodríguez Abuín.
Por su parte el capataz señala en su misiva que «es falso que la cuadrilla llegó con cuarenta miembros y rozando los zancos en el suelo», «que también los es que hubiera costaleros borrachos o bebidos bajo el paso», «que no hubo levantás malas que originaran la rotula del basamento de la figura de la derecha atrás ni que se fuera andando mal» y apunta también que «es falso que la culpa de retraso fuera de la cuadrilla ya que tan sólo hubo dos parones, uno en San Matías por el palio en el Madoc y la otra en la rotura referida del Puente Romano», argumentando que el retraso de la cruz de guía era originado por la ausencia de nazarenos que se marcharon, quedando la cruz de guía más próxima al paso. Además, afirma que sus «igualás» corresponden exclusivamente a criterios de trabajo y no a caprichos personales afirmando que «se prescindió de cuatro personas al coger la cuadrilla hace dos años por imperativo del hermano mayor y vice hermano mayor, siendo después muchos mas los que se marcharon hasta dejar la cuadrilla en siete miembros». Francisco Rodríguez ha conseguido levantarla hasta los setenta y ocho actuales, según recuerda en su carta de dimisión.