Granada celebró con flores el día de su Patrona

Granada cumplió con la costumbre de treinta y tres años ya homenajeando a su Patrona, la Santísima Virgen de las Angustias, en el 15 de septiembre. Más de veinte mil ramos de flores quedaron prendidos en la fachada del templo parroquial de la Carrera, concluyendo cercanas las once de la noche en una de las más participativas ofrendas de los últimos años. La abrió el arzobispo Monseñor Martínez Fernandez, quien pidió «por la paz en el Medio Oriente» señalando el sentido de las flores a la Patrona, «llenas del amor y la devoción a la Madre de Dios». Desde primeras horas de la mañana la jornada se hizo participativa en las cercanías de la Carrera de la Virgen. Puestos de venta de flores en el Embovedado, junto a la Fuente de las Batallas esperaban la compra de las ofrendas de este año.  En la tribuna de autoridades monseñor Martínez estaba acompañado por el alcalde de la ciudad, José Torres Hurtado, y por el presidente de la Diputación Provincial, Sebastián Pérez. Dispuesto a atender las necesidades de última hora también estaba el hermano mayor de la hermandad de la Virgen de las Angustias, Francisco Salazar.

A partir de las seis y diez de la tarde comenzaron a fluir por la Carrera multitud de ramos que, de mano en mano, iban subiendo hasta los primeros recuadros de los paneles. En el centro, el escudo mariano y de la hermandad de la Virgen, ya formado por claveles rojos y blancos. Más de un centenar de horquilleros, palieros y hermanas cofrades se fueron turnando para recibir las ofrendas “pero también hay hermanos que están pendientes de las filas, de cualquier necesidad que pueda surgir y de los imprevistos”, nos contaba el decano de los palieros, Gerardo Aranda. Por segundo año consecutivo las restricciones económicas nos privaron de la ofrenda aérea que hacían los palieros con el helicóptero de la Base Aérea de Armilla. “Me gustaría que a no tardar mucho tiempo se pueda volver a recuperar esta tradición”, confirmó el Coronel Jefe de la Base Aérea de Armilla, José Antonio Ayllón. Junto a él, estaba también en la tribuna el teniente general Jefe del Madoc, Alfredo Ramírez.

Coros y Danzas bailaron “la Reja” ante la Virgen. Los rocieros cantaron la salve. Las bandas de música dejaron la ofrenda popular de sus partituras y la municipal de Granada, dirigida por Carlos Atienza, interpretó temas populares y marchas para amenizar la tarde. Especialmente emotiva fue la ofrenda de la “Asociación Víctimas del Terrorismo” que entregó sus ramos mientras por megafonía se escuchaba “La muerte no es el final”. Los aplausos de los granadinos dieron testimonio de la gratitud que se les profesa. Todas las ofrendas tienen su sentido y su íntima motivación, pero sin lugar a dudas una de las más espectaculares fue, como es tradicional, la ofrecida por la Policía Local y por los Bomberos. Ambas fueron protagonizadas por Telesfora Ruiz, la edil de Movilidad. En el caso de los Bomberos la concejal subió en la cesta de la escala para dejar prendido el ramo a los pies del símbolo del corazón traspasado que corona la fachada del templo. Detrás las distintas agrupaciones de Protección Civil estuvieron también en la ofrenda. El discurrir de las ofrendas era fluido de manera que sobre las diez de la noche ya iba mermando la presencia de vecinos y granadinos aunque la cola aún traspasaba el edificio Zaida en dirección a Acera del Darro. La imagen de la Virgen, vistiendo el manto llamado de los “alféreces provisionales” y la corona que le obsequió Isabel II, había permanecido bajo el coro del templo para la contemplación más cercana de los fieles.

A las diez y media de la noche aún se incorporaban fieles con sus flores por Acera del Darro, por lo que no concluyó la misma hasta cercanas las once de la noche. Al término se celebró la Eucaristía presidida por el Arzobispo quien había permanecido durante la ofrenda delante de la fachada, recibiendo las ofrendas de los granadinos.