El Arzobispo entregó el nombramiento de pregonero a David Rodríguez.
«Quiero insitir en que la medida de nuestra conversión es la caridad. Hasta la misma limosna se puede falsear, la catequesis, una predicación, una estación de penitencia pero la caridad es el signo de la presencia de Dios», dijo el arzobispo de Granada en la celebración de la Eucaristía del Miércoles de Ceniza, como comienzo a este tiempo penitencial recién empezado. Un amplio numero de cofrades y cristianos se dieron cita en la Catedral para asistir a esta cita con imposición de la ceniza. Estaba el presidente de la Real Federación de Cofradías, Jesús Muros, y miembros de su junta de gobierno, así como hermanos mayores de las cofradías que la integran. «Un año más nos ofrece el Señor el precioso regalo de iniciar la vida, que es lo que significa el tiempo de Pascua. La iglesia nos da esta tiempo para impregnarnos en esa vida nueva de la mañana de Pascua y que «ese amor de Cristo en el Nacimiento nos aboca a la Muerte de la que nos viene la salvación», señaló el Arzobispo, monseñor Martínez Fernández. «De eso se trata en este tiempo de cuaresma, acoger el Amor y que cale en nuestras vidas». Palabras del prelado granadino en su homilía para centrar el significado de la cuaresma «como un tiempo de inicio y de perdón que, año tras año, la Iglesia nos lo ofrece para que aprendamos a disponernos de nuevo a esta gran misterio del Amor con que Dios nos ama».
El arzobispo invitó a los cristianos granadinos a «rezar por la paz» en un mundo haciendo referencia a los distintos conflictos actuales, no sólo en el mundo sino en nuestra propia nación. También hizo referencia «a la situación de nuestra diócesis que tanto ha sufrido en estos últimos tiempos». El arzobispo dijo que «si los hechos que se denuncian son verdaderos, Dios mío, es una situación de pecado que no podemos sentir nadie como una situación extraña a nosotros. Nadie, porque nada de lo que sucede en el Cuerpo de Cristo y nosotros somos miembros de ese Cuerpo (…) nos duele a todos». Habló de las tres practicas de la Iglesia en la Cuaresma: la oración, la limosna, que «es estar atentos de las necesidades de nuestro prójimo» y el ayuno. Esto último es comprender que las cosas del mundo no nos dan las cosas que necesitamos sino que es un pequeño ejercicio para «poner nuestras vidas en dirección a Dios».
Era la habitual cita del Miércoles de Ceniza a cuyo término se procedió al sencillo acto de entrega del pergamino de nombramiento. El arzobispo entregó el pergamino, realizado por el ceramista albaicinero Rafael Reina, ante la presencia de los hermanos mayores y del presidente Federativo. En breves palabras el prelado deseó que «el pregón sea reflejo del sentido real de las cofradías en las estaciones de penitencia» y a su vez el pregonero, David Rodríguez, agradeció tantas «muestras de cariño y de respeto al pregonero».
