Confianza, conocimiento del oficio y lealtad al capataz, principales virtudes del segundo, según Jesús Basterra.
Treinta y siete años lleva convocando la cofradía del Santísimo Cristo de los Favores su acto simbólico de la «primera levantá», «una convocatoria que estableció Pepe Carvajal en la hermandad y que hemos seguido manteniendo en la fecha próxima al quince de diciembre», según nos relató el hermano mayor de la cofradía, Francisco Cordones. Nos indicó que «en esta ocasión queremos conocer detalles de la importancia de la figura del segundo capataz y para ello hemos traido a Jesús Basterra, capataz sevillano con raíces granadinas». Basterra -granadino de nacimiento pero afincado en Sevilla- ha sido capaaz de importantes hermandades de la capital andaluza, tanto de penitencia y gloria, destacando los años que permaneció al frente de las cuadrillas de la hermandad de la Esperanza de Triana o de la cofradía de los Estudiantes, además de varias corporaciones de localidades próximas a la ciudad. El conferenciante analizó la historia de las cuadrillas sevillanas y su andar, tanto en la época de los asalariados como con hermanos costaleros. Habló de sus recuerdos y de su maestro Salvador Dorado, además de los nombres importantes de personas y sagas que han dejado huella en la manera de andar de los pasos. Habló también de «la importancia del segundo que, en mi criterio ha sido siempre vital pues cuatro ojos ven mas que dos», indicó. Basterra hablo del respeto que hay que tener al capataz y a su equipo y habló del conocimientos del oficio, la predisposicion a aprender de todo el mundo, del maestro y de los costaleros.
Jesús Basterra también habló de la capacidad y de la cualificación para ser segundo o capataz pues «no todo el mundo puede ser segundo o ayudante o contraguia como no todo el mundo sirve para médico, abogado o cualquier otro trabajo». Valoró también el conocimiento que ha de tener de los costaleros y del saber ganarse su confianza y saber igualar y ayudar al capataz en todo lo que precise.
Al acto asistieron numerosos costaleros de la hermandad, llenando buena parte del templo, así como el exhermano mayor José Luis Barrales, miembros de la junta de gobierno y el párroco del templo, Juan Manuel Molina, quien realizó la oración inicial a la celebración.
