Volvieron los sonidos de los Gitanos para homenajear a Rafael Ortega Mariscal

Cerca de un centenar de músicos, algunos peinando ya canas, se reunieron ayer en el Teatro Isabel la Católica para recordar y homenajear a su presidente, Rafael Ortega Mariscal, quien llevó los destinos de la formación durante veintiséis años, fallecido hace unos años. Fue un encuentro de música de calidad pues la agrupación musical de los Gitanos fue cantera de muchas otras bandas y agrupaciones granadinas. No faltó nada ni nadie. Estaba a rebosar el teatro, puso presentación David Rodríguez y Pilar Herrera. En el piano Ambrosio Valero y en el poema y la trova, José Manuel Rodríguez. En la saeta, Claudia Sáez y finalizó el concierto con la percusión de Chano Rodríguez y la guitarra de Francis Navarro. En el patio de butacas, Rosa Pérez, la responsable que fue durante años de la agrupación, junto a José Luis Mariscal, que fue hermano mayor en el período constitutivo de la agrupación y Vicente Aguilera, que fuera hermano mayor de la cofradía del Trabajo.

Un concierto de músicos clásicos. De hombres y mujeres que, o abandonaron los instrumentos tras la disolución de la formación, o dieron forma a nuevos proyectos musicales. Y para músicos clásicos, también las partituras más clásicas que llenaron el Isabel la Católica de nostalgia y música de calidad para este tipo de formaciones musicales cofrades. Sonó «La Saeta», con un bis al final. Sonó también «Alma de Dios» y «Oh, bendita Estrella», «Rocío del Cielo», «Cristo de las Aguas» y «Consuelo Gitano»,

concluyendo en la última parte, tras la entrega de recuerdos, con «A la Gloria», «Tres Caídas en Granada» y «Oración en el Huerto». El epílogo lo puso la versión flamenca de «Nazareno y Gitano», que fue lárgamente aplaudida.