Jesús de la Pasión vistió la túnica de las Adoratrices, de Jesús de la Amargura, en su besapies
Una estampa única e irrepetible se podía contemplar ayer en la iglesia de San Cristóbal. La imagen de Nuestro Padre Jesús de la Pasión vestía la túnica de salida de Nuestro Padre Jesús de la Amargura, de la hermandad del Vía Crucis, solicitada con motivo del centenario de la hermandad decana de la ciudad. De esta manera, se estrechaban los vínculos de unión entre ambas corporaciones y se recordaba el comienzo de la hermandad de la Estrella salida de unos hermanos de la cofradía del Vía Crucis a finales de la década de los setenta.
La túnica, obra de las Adoratrices realizada en los años cuarenta del pasado siglo, quedaba de manera impecable al Señor de la Pasión dejando ver su pie derecho para besapies y forzando la zancada del izquierdo merced a la cola de la misma. Se presentaba en el presbiterio del templo adornado con jarras de clavel rojo, frecsias moradas y otras variedades en tonos malva, de un efecto muy sobrio. Se acompañaba en el altar con dos faroles entrevarales del paso de palio y dos candelabros de guardabrisas de tres luces.
En un lateral del templo se podía ver también la conclusión total del paso de Cristo en su dorado que se estrenará el próximo Jueves Santo, salido del taller de Justiniano Sánchez y Abel Velarde, de Sevilla. De esta manera, a partir de ahora se trabajará en el dorado del baquetón y en la realización de cartelas y santoral que acompañará el paso del Nazareno de San Cristóbal.