La Virgen de la Esperanza Coronada expuesta a la veneración con sus manos originales.
Totalmente enlutada, con tocado monjil y corona de coronación canónica se presentaba ayer Nuestra Señora de la Esperanza Coronada en el presbiterio del templo de San Gil y Santa Ana. Se celebraba la función de recuerdo a los hermanos fallecidos y de manera especial se quería significar la autoría de la imagen que fue coronada el pasado 13 de octubre en la Catedral. Así se determinó presentar a la Virgen de la Esperanza con sus manos entrelazadas, tal y como la concibió José Risueño hace trescientos años advocada entonces como Nuestra Señora de las Tres Necesidades. Fueron muchos los hermanos que quisieron contemplar de esta manera la imagen de la Virgen y venerarla con sus manos originales.