A pesar de algunas dificultades administrativas la Virgen de Gracia regresó a las calles de su feligresía.

A pesar de algunas dificultades administrativas para la solicitud de permisos para desarrollar la procesión, pudo finalmente resolverse el problema y desde el Ayuntamiento de Granada se arbitró la solución para que la Policía Local pudiera prestar servicio a largo del recorrido de la misma. Desde la parroquia se había instado a la solicitud pero, al parecer, no se había realizado convenientemente ante las instancias municipales por lo que no constaba la misma en las dependencias de Movilidad. Aún así, la rápida intervención de algunos feligreses y la disposición desde el Área de Movilidad se pudo resolver el problema y facilitar la salida del cortejo. Se tuvo, eso sí, que resolver cambiando el itinerario de manera que la comitiva religiosa partió desde la iglesia de Gracia en dirección a la calle Casillas de Prats, Buensuceso y calle Puentezuelas para bajar nuevamente a la placeta de Gracia después de realizar el itinerario por zonas y calles peatonales.

Cruz parroquial abría el cortejo para continuar con filas de fieles y devotos de la Virgen de Gracia, que se presentaba tras la intervención de conservación a que se vio sometida por la mano del restaurador José Enrique Parro. Las andas fueron portadas por costaleros granadinos estando al frente Gerardo y José Ángel Sabador. Por delante marchaba una amplia delegación de la hermandad de Jesús del Rescate con su hermano mayor al frente, José Antonio Maroto. Tras las andas de orfebrería de Moreno marchaba el párroco Miguel Ángel Morell acompañado por el sacerdote Francisco Montero y cerraba el cortejo, que estuvo en la calle por espacio de una hora, la banda de Jesús Despojado de sus Vestiduras.