18 de mayo de 2024
Actualidad

«Quiero que en diálogo fraternal y sincero, sirvamos juntos al Señor»

Carta del nuevo Delegado Episcopal para las Hermandades y Cofradías, José Gabriel Martín 

El Delegado Episcopal para las hermandades y cofradías de la Diócesis de Granada, José Gabriel Martín, ha remitido a nuestra redacción una misiva en la que afronta el nuevo curso cofrade apostando por un «diálogo fraternal y sincero» y pide a Dios que «nuestras casas de hermandad sean ámbito de encuentro fraterno». Reproducimos en su integridad el texto de esta carta para comenzar el nuevo curso.

«Queridos hermanos y amigos, cristianos cofrades. Queridos enfermos y hospitalarios.
Nuevo curso pastoral y cofrade, gracias a Radio Cofrade nuevos pabilos, para encender y
mantener alumbrada nuestra candelería, que en este mes encendemos en honor a nuestra Madre y
Patrona, la Virgen de las Angustias, Ella, la que vive en la carrera, Ella, la Madre de nuestros
amores, Ella, la que reina en nuestros corazones.
Por otro lado, el pasado 16 de julio, nuestro arzobispo D. José María, firmaba los
nombramientos pastorales, entre los que me confiaba ser su Delegado para las Hermandades y
Cofradías de nuestra diócesis.
Quiero manifestar mi gratitud a Antonio Valverde, mi hermano en el ministerio, durante estos
últimos seis años Vicario Episcopal. Muchos han sido sus desvelos y preocupaciones, que el Señor
siga haciendo fecunda su entrega y le siga colmando y bendiciendo.
Quiero que sigamos caminando juntos, eso es la Iglesia, comunión y sinodalidad, siendo
testigos y constructores de la única y más bella Hermandad Universal. Quiero que en diálogo
fraternal y sincero, sirvamos juntos al Señor; llevemos a cabo la voluntad de Dios en nuestras
vidas; nos ayudemos mutuamente a ser mejores discípulos de Jesucristo; celebremos más
profundamente la fe y vivamos cada día con mayor fidelidad la esperanza y el amor cristianos.
Hermanas y hermanos, pertenecientes a Hermandades y Cofradías de nuestra Diócesis.
Vuestra presencia en nuestra sociedad y vuestras expresiones de religiosidad popular, son un
testimonio público de la fe y del amor a Dios y a los hermanos. Estas manifestaciones de piedad
son un anuncio del Evangelio y ayudan a muchas personas a mantener encendida la luz de la fe y
a encontrarse con Jesucristo, nuestro Salvador y Redentor.
Pido a Dios para que vuestras casas-hermandades y cofradía sean ámbitos de encuentro
fraterno, de formación cristiana, de comunión eclesial y de apostolado. Participad en vuestros cultos
ordinarios y extraordinarios, triduos, quinarios, “Via crucis” y devociones varias, pero sobre todo en
la Misa dominical y en la celebración gozosa del sacramento de la Penitencia.
La familia es la célula de la sociedad y de la Iglesia. Hemos de cuidarla y protegerla con
cariño y esmero; en ella reciben los hijos la primera iniciación en la fe. Vosotros padres, sed los
primeros evangelizadores de vuestros hijos.
Vosotros jóvenes, que en gran número pertenecéis a Cofradías y Hermandades; vosotros
nuestro presente sois el futuro, por lo que os animo a formaros y prepararos, para asumir
responsabilidades mañana.
La dimensión caritativa y social está presente y entrañada en las Hermandades y Cofradías.
Os felicito por ello y os animo a mantener el compromiso generoso de ayuda a los más
necesitados, sobre todo en este tiempo de mayor penuria.
Mantented firme la devoción a la Santísima Virgen María, Madre del Señor y Madre nuestra.
Ella, con el bello nombre de vuesta advocación, os cuidará y os protegerá con su maternal
intercesión.
Con la Virgen María recibimos, custodiamos y transmitimos a Cristo, el Salvador. «En la
mañana de Pentecostés, Ella presidió con su oración el comienzo de la evangelización bajo el
influjo del Espíritu Santo. Sea Ella la estrella de la evangelización siempre renovada que la Iglesia,
dócil al mandato del Señor, debe promover y realizar, sobre todo en estos tiempos difíciles y llenos
de esperanza» (San Pablo VI, Exhortación Apostólica Evangelii nuntiandi (8.12.1975) 82.).
¡Que la Virgen María, Madre y Señora nuestra de las Angustias, nos acompañe en el camino
y nos llene de la alegriá misionera y contagiosa! ANGUSTIAS, la que vive en la carrera.
ANGUSTIAS, la madre amores que vive y reina en nuestros corazones. ¡Viva la Virgen de las
Angustias!. ¡Viva la Madre y Reina de Granada!. ¡Viva la Madre de Dios!.
Recibid un fraterno abrazo y el deseo de un pacifíco y provechoso curso.»

José Gabriel Martín Rodríguez
Delegado episcopal para las HH.CC de la diócesis de Granada
Consiliario de la R.F.HH.CC. de Granada
Consiliario de la Hospitalidad Granadina de Ntra. Sra. de Lourdes