La hermandad de los Sagrados Corazones suspende la salida procesional una semana antes de lo previsto
Dimite el equipo de capataces y la junta determina trasladar la procesión a finales de noviembre
La junta de gobierno de la hermandad de los Sagrados Corazones, establecida en la parroquial de San Rafael, en calle Méndez Nuñez, ha determinado suspender la procesión de este año que estaba prevista para el próximo día 15, sábado. El motivo es, a falta de una semana para la salida, la dimisión del equipo de capataces con Óscar García al frente «al tener posturas encontradas con la actual junta de gobierno». Por este motivo y ante la situación de la inmediata procesión «nos resulta imposible organizarnos para la salida prevista» comprometiéndose a buscar la forma de poder salir en noviembre «coincidiendo con la festividad de Cristo Rey».
Por su parte el capataz Óscar García se ha dirigido a las integrantes de su cuadrilla de costaleros señalando que el problema radica en el traslado de las vísperas del Corpus Christi cuando fue trasladado el Sagrado Corazón al altar que montó la cofradía del Santo Sepulcro en la calle Cárcel Baja. Al parecer el paso nuevo es muy pesado y hubo dificultades para el regreso previsto tras la procesión del Santísimo, aplazándose a la tarde en principio «debido al calor». Óscar García ha indicado que «no vamos a ser partícipes de una carnicería cuando se podrían barajar otras opciones más óptimas para la salud vuestra».
Según su testimonio manifestado «una de las condiciones primordiales que tiene que tener un capataz es de cuidad de su gente y en ese caso de mis niñas». Da las gracias por estos doce años de «sabores amargos, pero muchos dulces» y reconoce que «parte de la junta no ha confiado en nosotros y alguna de vosotras ha buscado ayuda exterior sin antes pedirme permiso u opinión». En su lado negativo asegura que al parecer se ha contado con otros capataces «para que vinieran a arreglarme el problema» señalando que el problema se centra en que el nuevo paso «está mal hecho y muy pesado», no se ha dispuesto de tiempo para poder trabajar en él, necesidad de ampliar el número de trabajaderas de siete a nueve a pesar de haber incrementado el número de costaleras en veinte mas. Óscar García indica en sus palabras que «no voy a tirarme flores pero técnicamente el noventa por ciento de los capataces de Granada están por debajo de mis conocimientos, de mi atención y de mi compromiso hacia mi trabajo» reconociendo que «sigo aprendiendo».