22 de noviembre de 2024
El Cabildo

CARTA A ÁNGEL JOSÉ MARTÍNEZ BOCANEGRA O LA FILOSOFÍA LLAMADA DE LA AMISTAD

En los últimos días, que estamos viviendo actualmente, raros y convulsos, siento la
necesidad de alejarme, en la medida de mis posibilidades, del mundanal ruido. Para ello,
lo mejor es desplazarme a la Sierra de Baza y reflexionar allí sobre asuntos más
cercanos y tangibles. Por consiguiente, voy a detenerme un par de horas en escribir unas
palabras, sobre todo, de agradecimiento –gesto que, lamentablemente, en la epicúrea y
hedonista sociedad en la cual vivimos, es harto complicado de hallar en las personas que
la integramos− y, por supuesto, de reconocimiento hacia un amigo.
Hace una semana, aproximadamente, hemos tenido conocimiento, a través de los
medios de comunicación, que el Sr. Obispo de la Diócesis de Guadix, Monseñor Orozco
Mengíbar, ante el proceso electoral fallido por ausencia de candidaturas presentadas a
los comicios electorales federativos, ha nombrado una Comisión Gestora presidida por
el “Sr. Abad” de Baza y Consiliario de la Federación de Hermandades y Cofradías de
Semana Santa de la Ciudad de Baza, Rvdo. Padre Don Manuel Millán Arjona, más los
hermanos y hermanas mayores de las distintas hermandades y cofradías que componen
el orbe cofrade perteneciente a la Ciudad de la Dama. Dicha Gestora habrá de encargase
de la Federación de Cofradías en tanto no se presente alguien que quiera asumir dicha
responsabilidad.
Pues bien, en los últimos siete años –incluyendo los complejos y difíciles 2020 y 2021−
la Federación de Cofradías bastetana ha estado presidida por Ángel J. Martínez
Bocanegra, mi buen amigo Ángel, quien previamente fue Hermano Mayor de la Real
Cofradía del Stmo. Cristo de los Méndez durante dieciséis años. Ángel, además de ser
uno de mis mejor amigos, fue mi padrino cofrade bastetano, esto quiere decir que yo
llegué a esta cofradía bastetana y, a través de ella, a la Semana Santa de Baza, de su
mano y por eso, hoy, aquí, mediante estas líneas, quiero agradecérselo públicamente.
Pues como reza el viejo refrán castellano: “es de bien nacidos el ser agradecidos”, voy a
continuar el relato entonces. Durante su etapa al frente de nuestra cofradía, la del Stmo.
Cristo de los Méndez, se vivió la época más gloriosa, que la misma ah experimentado
en muchísimos años y aspectos pero, sin duda alguna, el más importante consistió en el
cuidado y mimo del capital humano que componía ésta, así como su exponencial
incremento. Una vez consolidado este aspecto, Anselmo López Echeverría, quien tomó
el testigo de Ángel, en 2015, al frente de la Junta de Gobierno de esta cofradía
bastetana, supo magistralmente abordar los importantes retos materiales que, en
aquellos años, presentaba ésta, suponiendo esto la inmediata superación de ciertas
carencias materiales que poseía la misma. Gracias al magnífico gobierno de estos dos
hermanos mayores de la Real Cofradía del Stmo. Cristo de los Méndez, ésta vivió su

época más dorada de la cual todavía, a día de hoy, brillan los destellos de su recuerdo.
“Pues dad al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios.” (Mt 22, 21)
Y esto que estoy diciendo, lo digo con conocimiento de causa, puesto que me
enorgullece muchísimo el haber sido miembro de la Junta de Gobierno de esta señera
cofradía bastetana durante la década comprendida entre los años 2007 y 2017, habiendo
trabajado junto a ellos y junto a las demás personas, que componíamos la misma, bajo el
mandato de ambos. Por lo tanto, desde esta tribuna, afirmo solemnemente que ha sido
todo un auténtico regalo, un inconmensurable privilegio y un verdadero honor el haber
conformado parte de la misma junto a personas extraordinarias, que han dejado su
huella en mí y me han ayudado a forjar mi personalidad incrementando en la misma los
valores humanos y cristianos. Desde estas líneas, quiero mostrar mi agradecimiento a
todas y cada una de las personas, que compartieron conmigo, trabajo y desvelos, en pro
de nuestro amado Cristo del Madero.
Dicho esto, una vez que Ángel concluyó su hercúlea labor al frente de la Junta de
Gobierno de la Real Cofradía del Stmo. Cristo de los Méndez, cediendo el testigo a
Anselmo, naturalmente, tras la celebración del correspondiente Cabildo Electoral, el
último domingo de junio de 2015, como ya se ha explicado con anterioridad; un nuevo
reto se avistaba en el horizonte para mi buen amigo Ángel: asumir la presidencia de la
Federación de Cofradías de Baza. Sin lugar a dudas, una labor que ha desempeñado
generosa e impecablemente, al igual que lo hicieron sus predecesores con anterioridad,
dando lo mejor de sí mismo, conformando una extraordinaria Junta de Gobierno
Permanente, es decir, contando junto a él con un equipo de personas comprometidas con
la Semana Mayor de Baza, su engrandecimiento y potenciación, con una inimaginable
capacidad de trabajo e inagotable inventiva llena de plausibles iniciativas.
Sin embargo, que nadie piense que esto ha sido un camino llano y sencillo. Para nada.
Como suele ocurrir en estas cuitas, las personas que, generosamente, aceptan este tipo
de responsabilidades, tanto la que ostenta la presidencia como el equipo que configura
la Junta de Gobierno; dicho camino por el que se transita al desempeñar las funciones
propias del ejercicio de sus cargos, suele tornarse en escalfado con curvas sinuosas. En
ese preciso momento es cuando el cargo comienza a convertirse en una carga más bien.
Las cofradías y hermandades, cuyo origen se remonta al Medioevo, son asociaciones de
fieles cristianos-católicos con reconocimiento en el derecho canónico. Y como tales, no
están exentas de todo cuanto lleva aparejado la apalabra humano puesto que están
conformadas por seres humanos: para lo bueno y para lo malo, como ocurre en
cualquier otro movimiento asociativo de personas que configure parte de un tejido
asociativo concreto.
Por supuesto, no voy a proceder aquí a relatar todos y cada uno de los logros y
beneficios en pro y crecimiento de la Semana Santa de Baza, conseguidos por la
magnífica Junta de Gobierno de la Federación de Cofradías, que ha tenido el honor de
presidir Ángel, entre otras cosas, porque sería demasiado extenso de desglosar. Como
ellos no precisan demostrar nada a nadie al ser el fruto de su trabajo evidente, público,
notorio, palpable y tangible: “Por sus frutos los conoceréis.” (Mt 7,20)
A título personal, siempre he de agradecer a Ángel, quien fue mi profesor de Religión
Católica durante mi etapa educativa secundaria y de bachillerato –uno de los mejores

que me han impartido clase; un docente extraordinario cuyo magisterio, didáctica y
pedagogía, tan sólo pueden ser superados por su bonhomía−, la acogida que me hizo en
la Real Cofradía del Stmo. Cristo de los Méndez, allá por el año 2007. Además de
regalarme, generosamente –como nos tiene acostumbrados a sus amigos y amigas−, su
amistad personal, el haberme enseñado –y me sigue enseñando nuevas− lecciones que,
sin lugar a dudas, me son de gran utilidad en mi vida. ¡Muchas gracias! MAESTRO.
Ángel y yo siempre nos tratamos con respeto, tolerancia, educación, buena educación,
que tan carente está a día de hoy; valoración positiva de nuestras opiniones y pareceres
aunque en muchísimas ocasiones, el uno con el otro, discrepemos considerablemente en
las mismas. Normalmente, casi siempre partimos desde un disenso, poco a poco, vamos
acercando posturas y, rara es la vez –yo creo que nos ha pasado nunca− que no hemos
alcanzado el consenso. Precisamente, es en esto donde radica el conjunto de valores
humanos y cristianos, que ambos poseemos, y ponemos de manifiesto orgullosamente.
Gracias a su generosidad y amistad –más que a mis méritos cofrades personales− tuve el
inconmensurable honor de pregonar a la Semana Santa de Baza en el año 2019. Sin
lugar a dudas, es el regalo más enorme que Baza, mi ciudad materna, a través de Ángel
y su magnífica Junta de Gobierno, me ha realizado. Testigo que, inmerecidamente,
recibí de mi hermano cofrade, Ramón Rodríguez Carpio, y que entregué –dos años
después a causa de la pandemia− a mi otro hermano cofrade, Javier Rueda García. Dos
pregoneros enormes, incólumes, majestuosos…, que hicieron de mi texto, un pregón
transitorio, entre dos obras maestras: ¡enhorabuena! hermanos y amigos míos, sois todo
un ejemplo a seguir por vuestra bondad, sentimientos y magisterio.
Para el próximo año, es decir, para pregonar a la Semana Santa de Baza de 2023, la
Gestora Federativa ha nombrado a Manuel Muro Gómez-Uribe, Manu Muro para los
amigos. Sin lugar a dudas, una joven apuesta, que no dejará indiferente a cofrade
bastetano alguno, puesto que su elocuente oratoria tan sólo es comparable a la claridad
de su alma, a la bondad de su corazón y a la sinceridad de sus creencias al mostrar lo
que cree y creer en aquello que muestra. Mi parabienes a la Gestora por haber aceptado
la sugerencia de Ángel. Ha sido todo un completo acierto que redundará en beneficio y
engrandecimiento de la Semana Mayor de Baza contribuyendo así al deleite y disfrute
sensorial de todo el orbe cofrade bastetano.
Estoy absolutamente convencido que nuestro pregonero, Manu Muro, escribirá una de
las más brillantes páginas de la historia pregonera bastetana. Un bello parnaso sin
parangón alguno. De ello no me cabe la menor duda. Al igual que lo han escrito todas
las personas, que han compartido conmigo y yo con ellas, el honor de subirse a las
tablas del Salón IDEAL, y regalar a la Baza cofrade los sentimientos que albergados en
el interior del corazón se hallan. Enhorabuena Manu y te deseo mucha suerte para la
labor que Baza te ha encomendado. Parafraseando a la gran cofrade bastetana, Teresa
Castellano Velázquez de Castro, que también fue pregonera de la Semana Santa en el
año 2017 y para mí maestra de maestros: “…El que quiera entender, que entienda.” (Mt
19,12)
“Pero mal rayo me parta / si en concluyendo la carta…”, no vuelvo a agradecer
públicamente a Ángel sus desvelos y atinos en pro del orbe cofrade bastetano puesto
que si no lo hiciera sería, por mi parte, un desatino. Por último, quiero mostrar mi

orgullo y satisfacción plena por ser partícipe de su amistad personal. De igual forma,
siento una profunda alegría porque, tras haber pasado más de veinte años, los dos,
Ángel y yo, nos volveremos a encontrar en nuestros respectivos lugares cofrades
originarios: él bajo el divino listero del paso del Cristo de los Méndez, como lo que
siempre ha sido, uno más de sus horquilleros; y un servidor con su capillo y túnica
nazarena engrosando las filas del cortejo, llevando la Cruz de Guía o alumbrando al
Señor. Sitios que siempre hemos ocupado pero que ahora lo haremos como empezamos,
como unos discretos y prudentes cofrades bastetanos del milagroso Cristo del Madero,
junto a nuestro amigos y hermanos. ¡Enhorabuena! y muchas gracias mi muy querido Ángel. ¡He dicho!

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JUAN ANTONIO DÍAZ SÁNCHEZ