Monasterio renacentista, religiosidad, sentimiento y arte en la clausura de las VI Jornadas Cofrades Penitenciarias.
La Exaltación a la saeta tuvo cinco protagonistas que llenaron de emoción el templo Jerónimo de la Soledad de María
Lo vivido anoche en el monasterio de San Jerónimo fue sencillamente extraordinario. Dos hermandades que unieron la Soledad con la Esperanza y fusionaron la oración con el cante. Recordaron al maestro Enrique Morente, rezaron con el Padrenuestro de Ana González que puso su broche de oración con una voz aterciopelada y aflamencando los sentimientos que pidió «perdónanos por nuestras nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden» y se emocionaron con la saeta por carceleras de Puente Genil de la entrañable Rosa de Córdoba. Y como tenía que ser en la clausura de las VI Jornadas Cofrades Penitenciarias, las saetas de dos reclusos, Samuel Povedano y Sebastián Porras, retumbando entre los muros del monasterio Jerónimo. Mención también singular la saeta de Sonia Leyva, y sobre todo su plegaria a la Virgen de la Soledad «en los clavos de tus manos, Soledad y en la cuna de tu pañuelo, Soledad».
Una asistencia que casi llena el monasterio y que contó con la presencia de Cristina Buján, directora del CIS Matilde Cantos, una de las instituciones penitenciarias organizadoras de las Jornadas Cofrades y de la subdirectora de Tratamiento, Victoria Joya, así como del administrador del CIS, Rafael Roldán. Estuvieron representantes de ambas juntas de gobierno de las hermandades convocantes y de ex hermanos mayores, así como del Madoc, en cuya representación estaba Martín Zalvide Torrente, General de brigada, subdirector de enseñanza del MADOC.
La Virgen de la Soledad se había depositado a la altura de los espectadores, en su capilla, y permanecía encendido todo el templo resaltando aún más este acto «único en toda España que nos invita a hacerlo extensivo a los Centros Penitenciarios como se hará la convocatoria del certamen artístico para la elección del cartel de la próxima convocatoria en la que ya estamos trabajando», como indicó el hermano mayor de la Esperanza, Luis Sánchez. El hermano mayor del Descendimiento también agradeció la participación de los saeteros y colaboradores indicando que «aunque habíamos participado con la cofradía de la Soledad en ediciones anteriores, hasta este no hemos entrado de lleno en la colaboración y ciertamente seguiremos así porque es una iniciativa que hay que apoyar y engrandecer». Por su parte la directora del CIS Matilde Cantos, tuvo unas palabras de reconocimiento hacia los saeteros y los internos recordando «que para ellos este día es muy importante porque les permite estar entre todos y ser unos más entre todos nosotros». Agradeció también la participación a los saeteros.
Carmen Sánchez Martínez fue la encargada de presentar el acto y en sus palabras iniciales que «es un evento que trasciende lo meramente cultural para convertirse en una manifestación profunda de devoción y arte. La saeta en su esencia es una forma de expresión musical que emana del alma evocando fervor religioso y emociones intensas de quien la interpreta y de quienes las escuchamos». Se vio completo el acto con la colaboración de dos miembros de la banda de cornetas y tambores de Jesús del Gran Poder, corneta y tambor.