Antonio González pidió, en el pregón de la coronación de la Virgen de la Amargura, «una corona de fe, caridad y fraternidad»
Un pregón de profunda raíz cristiana, directo al corazón, con sentimiento cofrade y de provocación a la reflexión interna, fue el que pronunció ayer el cofrade granadino Antonio González para anunciar la coronación canónica de la Virgen de la Amargura, Titular de la cofradía de la Oración en el Huerto de los Olivos. El pregonero aseguró que “La corona no está hecha sólo con las manos del orfebre. Hay otra parte de la misma que tiene menos brillo pero a los ojos de Dios es la más importante”, ante un patio de butacas del Teatro Municipal Isabel la Católica que casi se llenó de público. El pregonero habló de los otros materiales de la corona, la fe, la caridad y la fraternidad entre los hermanos. El pregón estuvo dedicado a los niños “representados en un joven de nueve años, Pablo Ramos, que vive próximo al templo de las Comendadoras de Santiago que ya será su futuro pregonero”. Habló del barrio del Realejo que da cobijo a la cofradía que tiene por Titular a la Santísima Virgen de la Amargura y solicitó al arzobispo monseñor Martínez Fernández, que no estaba en el teatro, “un altar para María Santísima Coronada en el Realejo”, pidiendo las coronaciones de las imágenes de la Virgen de la Soledad, de María Santísima de la Victoria y de la Virgen del Rosario. Esta última imagen en su advocación de gloria ya lo está y es copatrona de la ciudad. El pregonero se refería a la imagen del Rosario en sus Misterios Dolorosos que procesiona el Miércoles Santo.
Setenta y cinco minutos duró el pregón que fue interrumpido en siete ocasiones y que concluyó con una fuerte ovación de casi tres minutos y que hizo que el pregonero tuviera que salir nuevamente a agradecer las muestras de cariño que le ofreció el público asistente. El pregonero terminó su intervención con una saeta a Jesús de la Oración en el Huerto. Estaba en la primera fila el alcalde de la ciudad, José Torres Hurtado, acompañados por los ediles Juan García Montero, de Cultura, y Rocío Díaz, de Presidencia y Turismo, junto con el portavoz de la oposición, Francisco Cuenca. También presente el responsable de la Federación de Cofradías, Jesús Muros, así como hermanos mayores de otras hermandades de la ciudad.
El acto se había iniciado con la intervención de la banda municipal de Granada, dirigida por su subdirector Ángel López Carreño, que interpretó las marchas “Amarguras”, de Font de Antá; “Mi Amargura”, de Víctor M. Ferrer, y “Reina del Realejo”, también de Ferrer, con letra de Luis Rivero, que fue cantada por el coro de la Virgen de la Amargura junto a miembros del de María Auxiliadora de la Alhambra de “Aires de Fígares”.