«Gloria a Ti, Trinidad… y al cautivo, libertad», lema del Encuentro Nacional de hermandades trinitarias, recogido en el cartel, obra de Juan Francisco Martínez
El XVI Encuentro Nacional de hermandades Trinitarias ya tiene cartel. Se trata de una espléndida pintura del Señor de Granada presidiendo un lienzo pintado al óleo «con una rica simbología» como relató su presentador el superior de la Orden Trinitaria en el Sur de España, Pedro Huerta. El cartel es obra del joven pintor cordobés, afincado en Vélez-Málaga, Juan Francisco Martínez Zamora quien describió pormenorizadamente el contenido del mismo y agradeciendo a la hermandad «el detalle de haberme elegido para este cartel», como indicó en su breve intervención.
El sacerdote trinitario, que fue presentado por la comisaria del Encuentro Nacional María del Mar Peña, indicó en sus palabras el lema del cartel, «Por amor» en el que se representa a Dios Padre, Hijo en el Señor del Rescate y Espíritu Santo. La presencia de los Santos Juan de Mata y Juan Bautista de la Concepción, fundador de la Orden Trinitaria y su reformador, respectivamente. El Cordero Divino a los pies del Señor y los ángeles trinitarios, uno de ellos negro sustentando el lema «Gloria a Ti, Trinidad, y a los cautivos, libertad». Pedro Huerta habló del amor de Dios y de la entrega a los hombres «cuidando la vida de las personas, su desarrollo integral y la dignidad», como base de la Orden Trinitaria. Habló de la historia de la imagen de Jesús del Rescate, plasmada en las fachadas recogidas en el lienzo, la del primitivo convento trinitario de la plaza de la Trinidad, el convento de la plaza de Gracia y la iglesia de la Magdalena, convento de Agustinas Recoletas.
En una disertación dinámica, directa y sencilla, el orador supo atraer la atención, reclamando la historia de la imagen del Señor, de 1817, basándose en la imagen de Jesús de Medinacelli de la que procede la devoción al Nazareno de la Magdalena, pidiéndole a la hermandad que nunca deje de tener en su pecho el símbolo y cruz trinitaria y que su nombre debía ser «el de Jesús Rescatado».